jueves, 25 de junio de 2009

Artigas y el Más Acá






A veces desde su misma obviedad, llega y nos sorprende vernos protagonistas, a uno u otro rol, a uno y otro título, con excepción claro , del de muerto, gestionando y administrando asuntos de la muerte, que hecho social al fin, es asunto y gestión administrarlo desde el mundo de los vivos.

Es asunto sino vivido, visualizado diariamente y que en muchas de sus manifestaciones sale del mundo de lo privado y se hace público. Participamos de ello aún sin demasiado darnos cuenta. Desde nuestra mirada respetuosa y algunos cristianas señal de la cruz que aún se observa al paso de los cortejos fúnebres, caravana explícitamente hecha dolorida y florida de cadáver cada vez mas lejano y ausente. Recibimos diariamente desde los modernos tambores tecnológicos , avisos de muerte e invitaciones a rituales fúnebres que llamamos necrológicas. Tanatos , hijo de la Noche y gemelo del Sueño era su representación divina en la cosmovisión griega y es un tanto extraña a nuestras ideas, el que fuere representado por un joven alado. Nuestro imaginario lo ve diferente y no joven precisamente .


El modelo cultural predominante por estas tierras de pueblos trasplantados, es fuertemente occidental y fuertemente influido por las religiones de los grandes libros; tenemos una idea amén de angustiosa, temerosa de la muerte, de la propia, y de la del Otro. Todas las culturas conocidas , también las prehistóricas, concedieron a sus distintas funebrias especial y específica consideración. Desde los tempranos tiempos del género Homo, enterraron. Que como sabemos es lo que es. Cavar tumbas y acondicionar los cuerpos. Negarlo a todo festín carroñero. Ni cuerpo ni alma. Es casi fundante a la adquisición de pensamiento simbólico . Las ceremonias, rituales, la conformación de los duelos, sus protagonistas y agonistas, en fin todas las consecuencias que al interior de cada cultura se desatan desde la muerte de un individuo, son innumerables, desde su riqueza y complejidad. Su análisis escapa tanto a las ambiciones de esta reflexión como a lo que la convoca y provoca.

Sin que importe demasiado, quizás nada, cual sea individualmente el sentimiento , la noticia que llega acerca del nuevo futuro pronosticado a lo que físicamente queda de José Artigas, fundador a un título u otro de ésta identidad de nación que hoy nos damos, nos conmueve e involucra . Pretendemos darle una mirada desde la antropología.


Muchas culturas tienen por válido que allí donde se entierra nuestro ombligo, también debería regresarse y enterrarse nuestro cráneo. Es simbólicamente mis propias fantasías recreando mi muerte. Tarea de los vivos. Esto supone muchas veces un entierro secundario. A veces provocado. A veces producto y consecuencia de las circunstancias de muerte. Mucho de esto saben aquellos pueblos que envían sus guerreros a tierras lejanas. La tecnología hoy ha simplificado el proceso, puede que también lo haya desculturalizado, pero en esencia el cadáver y su regreso a casa, su presencia material en ceremoniales y rituales fúnebres, sigue movilizando muy fuerte todo ceremonial de duelo , dándole contenidos y continentando. Es rasgo cultural universal.Es necesidad de los vivos de recuperar los cuerpos de sus muertos. Bien lo entendió así, el propio Aquiles cediendo desde su ira al dolor de padre devolviendo lo que era su despojo el cadáver de Héctor . Bien lo entiende sociedades como las nuestras conviviendo con el dolor de los familiares de detenidos desaparecidos.


La pregunta ronda en la reflexión antropológica , llegando desde el cotidiano . Nuestro “gran hombre”, quizás el único de dimensión a todo el colectivo de la nación, ¿ Artigas, en todas sus dimensiones, es que no ha tenido aún los rituales y ceremonias fúnebres que su status de Jefe requiere? No han sido estos suficientemente propiciatorios para que descanse en paz? ¿No han llorado o no lo han hecho aún en cantidad y calidad suficientes quienes debemos llorarlo? ¿No hemos quemado en la pira fúnebre lo que debíamos? No le han acompañado sus armas preferidas? ¿Su caballo de guerra ni sus mujeres preferidas? ¿ No se han realizado suficientes sacrificios a los dioses en que uno y otros crean? ¿ Está su alma en pena? ¿Vive en ira y sin descanso ni armonía en el más allá? ¿No lo acompañan en sus correrías sus perros cimarrones? ¿ Nos pide su memoria un nuevo campo santo?

Son todas preguntas, trataré de contestarme con la ayuda de ustedes. Quizás, es muy probable, que también acudan a mi consulta, el saber místico de aymaras y abipones, wichis y moscovíes, aches y guaranies y desde su visión esclarecida me iluminen. Ellos bien lo saben. Los muertos son eternos. Todo lo vivo es efímero.


(Fuente video: www.canal10.com.uy)


lunes, 22 de junio de 2009

De Nosotros y los Otros



Reflexiono y medito sobre los impulsos y los porqué de emprender este proyecto acerca de lo cotidiano. Creo, realmente, que la vida cotidiana , esa que desde nuestra gestión individual transformamos y diferenciamos, realmente se construye desde una miríada de pequeños acontecimientos que pretendemos personales , que nos suceden todos los días y se reinician en cada amanecer, signifique este acontecimiento lo que para cada uno de nosotros signifique, y todos ellos son en su materia, construidos socialmente desde y dentro de ese cotidiano que compartimos con los otros. Pobres, tristes y desvalidos robinsones seríamos, si en cada día nuestro, no encontráramos en los senderos que transitamos una huella de pie humano que no nos pertenezca. Somos sociales.


Nos construimos en y desde la otredad. Nuestra racionalidad no obstante, dentro de nuestra cultura, ha ido conformando nuestra idea del mundo desde la ajenidad, casi no excitan nuestros mecanismos de gozo nuestro mundo cotidiano, por el contrario , casi carece de toda importancia en lo que hace a nuestra peripecia existencial. Las personas y los acontecimientos de nuestra realidad , representados y vistos en el escenario de nuestra rutina diaria, se esfuman. Los miramos pero no los vemos. Nos son ajenos. Tan sólo nos sorprenden cuando de una forma u otra, pierden su cotidianeidad para conformarse en un evento de proximidad convertidos en sucesos, convertidos en noticias.


Desde los interrogantes que me planteo en el comienzo, desde los mismos espacios de incertidumbre que reconozco me conducen, desde éste simple texto, confieso que mis pretensiones no van más allá del intento de socializar saberes, que no me pertenecen, que me han sido trasmitidos, que me han sido confiados, que vienen desde lo profundo de la disciplina antropológica, desde su mirada antigua , desde lo pretérito de nuestra especie, desde los primeros fuegos, alrededor de los cuales , ancestral fogata mágica, he formado opinión humilde de que la especie, nosotros, bellos animales de privilegio, seremos felices, recuperaremos armonía , en la medida en que nos reconozcamos, nos representemos y nos construyamos, en la pequeñez de nuestros episodios cotidianos , que llevan en si la grandeza del vivir de cada día, todos los días y homo sapiens sapiens al fin, vida consciente de su vida, administrar la angustia de su mortalidad, que para nuestro bien, o para nuestro mal, veleidades y azar de nuestra evolución aparte, también raro privilegio, no compartimos con especie alguna en el planeta Tierra.