domingo, 6 de diciembre de 2009

¿ Es el alma que la murga pronuncia?




"Si los dioses, cada uno a su hora, salen del templo y se hacen profanos, en cambio vemos que lo relativo a la propia sociedad humana -la patria, la propiedad, el trabajo, la persona humana...entran en el templo progresivamente"

Henri Hubert y Marcel Mauss (1906)



El asunto es según parece ser, entre arte y símbolo; entre símbolo y cultura; entre lo sagrado y lo profano. Dudas tenemos sin embargo. No estamos demasiados seguros, que sea tan así de simple.

Hace pocos días, casi que toda la gran aldea uruguaya se enfrentó de sopetón , con curiosidad y sorpresa , a la ya de por si gran espectativa de una muy esperada, noche futbolera, de oir , ver y según el caso cantar, el Himno Nacional en un formato musical y estético diferente. Al caso la ceremonia llegó también a la tan americana y a veces tan lejana dulce tierra de Costa Rica , nación ésta con la cual , a tener en cuenta los titulares de prensa , nobleza es decir que de ambos países, que en todas sus formas presentaban el evento a desarrollarse como el "enfrentamiento" "la lucha" "la batalla por un puesto" etc..

Esperábamos antes de reflexionar , que la sudestadas del río ancho como mar enfriaran un tanto las almas, ardientes por opuestas causas, desde ofendidas furiosas opiniones contrarias , hasta los ditirambos más delirantes ,de quienes, unos y otros discutieron y aún lo hacen , la versión del Himno Nacional de la República Oriental del Uruguay en versión musicalizada "en tiempo de murga" por el conocido músico uruguayo Jaime Roos y cantada- dicho sea de paso , con evidente emoción - por el "Zurdo" Bessio, popular vocalista de murgas del carnaval uruguayo .

La polémica se enciende en ocasión y en el espacio de tiempo ceremonial que los rituales "made in FIFA" determinan para los himnos nacionales de los equipos de fútbol de sus afiliados, toda vez estos se encuentran para disputar un partido considerado oficial , es decir , estatus que otorga al evento,el hecho de ser un partido dentro de algún torneo patrocinado por dicha Organización.




Versión Himno Nacional Uruguayo.
Previa partido Uruguay-Costa Rica.
Estadio Centenario.
Voz: Freddy Bessio.




En el episodio que nos ocuparemos, el partido en cuestión a jugarse, lo era entre equipos seleccionados de jugadores de fútbol profesional de la Asociación Uruguaya de Fútbol y de la Federación de Fútbol de Costa Rica , de cuyo resultado uno de ambos obtendría el derecho a jugar el campeonato mundial del mismo deporte a disputarse el año 2010 en Sud Africa. O sea bueno es aclararlo desde un principio, no eran ejercitos nacionales enemigos dispuestos en plan de batalla a defender patria o sagrado territorio patrio alguno.

Era un partido, un juego, una fiesta deportiva, o cualquier otra de las tantas denominaciones que los emocionables periodistas deportivos suelen darles como nombre a estos eventos del deporte. La opinión pública se ha encargado en darle significaciones diferentes al episodio. Muchos estiman que se profanó un símbolo nacional. Otros muchos que se lo llevó a los gustos y estéticas dominantes en las clases populares. Otros no saben o no opinan. En los palcos de privilegio, se encontraba gran parte de la clase política uruguaya, candidato a la presidencia entonces, Presidente electo hoy , Senador don José Mujica Cordano incluido.


Tratamos aquí de objetivar el suceso , ponerlo y devolverlo al terreno de lo simbólico de donde quizás no debiera salir. Un símbolo lo es o deja de serlo desde la aceptación del mismo como tal por sus potenciales usuarios. Para el caso, toda la población del Uruguay. Como ya dijimos muy dividida lo cual genera un problema singular al análisis , sin que tengamos otro soporte metodológico, que las opiniones y comentarios difundidos una y otra vez en cuanto espacio periodístico de radios, canales y diarios uruguayos y allende el plata y más allá aún a través de internet, facebook y etc .

En el imaginario colectivo uruguayo , construído desde una necesidad de identidad y ciudadanía, a la cual se llegó politicamente como nación desde orígenes históricos , anémicos en el tema , porción de tierra americana ésta la nuestra, en donde los nativos dejaron física e intelectualmente de existir hace ya mucho tiempo, los denominados y determinados por ley Símbolos Nacionales son:

El Pabellón Nacional, El Escudo de Armas del Estado, el Himno Nacional, La Bandera de Artigas, La Bandera de los Treinta y Tres, La Escarapela Nacional.
En este orden de jerarquía y precedencia.


Siendo la ley como bien nos dijera Don Edward Tylor en épocas tan lejanas como 1851 al definir cultura como "ese todo complejo..." parte de ese todo, podemos aceptar, por tanto ley, a los mismos como parte de nuestra cultura. También tenemos como asumido e internalizado nuestra condición de usuarios de esos símbolos. Lo adquirimos también en todo el largo proceso de endoculturación institucional a la cual somos sometidos desde nuestra niñez por maestros primero , profesores después. Tampoco termina aquí el listado de Instituciones que nos culturiza. Nos encontramos con nuestros Símbolos Patrios, en versiones y formas más o menos oficiales, en absolutamente todos los rincones de nuestra vida, tanto pública como privada, lo escuchamos en la radio cuando festejamos hechos históricos relevantes, los llamados "feriados", lo escuchamos en el cine , lo escuchamos y cantamos de niños, lo seguimos haciendo de adultos, cuando acompañamos a nuestros niños, en sus propios rituales de paso, siempre supuestamente de pie y descubiertos como corresponde honrarlo.

Por supuesto que también escuchamos el Himno y vemos nuestro Pabellón Nacional en los escenarios deportivos. Nuestro Monumento Mundial del Futbol el Estadio Centenario, previó con visión en su diseño, la Torre de los Homenajes para que allí flameara al viento en espacio simbólico privilegiado , nuestra Bandera.

Algunos pensadores, Durkheim entre ellos, pensaban que algo se sacraliza en el imaginario social, cuando es tratado como tal. También otros pensadores contemporáneos, opinan que en las sociedades modernas cada vez con más frecuencia ,los ritos se apartan de lo sagrado y esta condición es sustituìda y adquiere su fuerza valor de tal, en la intensidad emocional de los usuarios, que repetimos, son el tribunal sin apelaciones. También es cierto que la semiótica estima desde hace bastante tiempo que ningún símbolo es absoluto.

¿Cuàles son entonces mis dudas?

El precio. Cuanto en cantidad y calidad es el riesgo en lo cultural, que conllevan estas acciones, en apariencia desprovistas de intención aviesa o interesada, en el alma profunda de esa "uruguayez" de la cual tanto se habla , a la cual tan pocos cuidan, que debe obligadamente contenernos a todos, sopena de convertirnos en tribus distintas y hostiles , caminando irracionalmente a la extinción , que ya bastante material aportan a la división y al encono, cuando no al duro y seco odio, otras circunstancias sociales y las alternativas que necesariamente debemos tomar individualmente y como pueblo y cultura.

¿Cuánto de riesgo a nuestra aún trastabillante identidad nacional, recién abandonando en riesgo el "gateo" , con los riesgos inherentes a su torpe marcha erguida?

¿Cuántos son los peligros que acechan a nuestro modelo de cultura , construída aunque nos gusta disimularlo, con mucho de prepo, si desacralizamos sin demasiada oportunidad la poca argamasa , ese pequeño puñado de cal y portland que nos une?

Nuestro espacio cultural en un mundo globalizado no es ésteril a todo tipo de invasiones. No nos negamos a "préstamos". Siempre han existido y es bueno que así sea. Pero también deben ser procesado al interior de nuestra cultura y luego, recién luego, entregarlo al tejido social para su uso. No me conforma demasiado que Charly García o Los Beatles o quienes sean, hayan hecho de sus Himnos Nacionales piezas musicales de concierto. Nuestros rasgos culturales aún se cuecen en los altos hornos de la cultura de "prestamos" a las que nos obliga nuestra historia de pueblos transplantados en el buen decir de Darcy Ribeiro, el gran colega brasileño.

A la Antropología no la aflijen en sentido de dolerle, cuestiones estéticas concebidas desde ideas de lo bello y de lo feo . Bastante y por demás suficiente etnocentrismo ha viajado por los mundos ya. Tenemos si claro que la sacralidad es una lenta procesión que lleva las cosas desde lo común a lo singular. Creemos en nuestros símbolos como tan singulares, que es bueno que sigan como están. No apuremos el paso a una postmodernidad. Los rituales y ceremonias son universales. Toda sociedad necesita simbolizar. Quisiera poder darle a este verbo la fuerza y tensión que merece. He escuchado racionalizar demasiado acerca de este tema. Se equivocan de espacio. El pensamiento racional jamás podrá crear rituales y ceremonias simbolizantes. Puede si y en el mundo contemporáneo se lo observa lamentablemente con demasiada frecuencia, tener la capacidad de hacernos perder confianza en nuestras creencias.





Video de autor.

Escuela Pública No. 76 " Felipe Sanguinetti".
Diciembre 15 de 2008. Fiesta de fin de cursos.
Vaya desde esta humilde blog, un homenaje admirado a los maestros que trabajan en ésta y en todas las escuelas del Uruguay.