sábado, 28 de mayo de 2011

La estupidez de la fuerza. Pobres pobres ...





El general Lascy. ¡Adelante! ¡Ataquemos con decisión! ¡Si atravesamos el foso, la victoria es nuestra!

Padre Ubú. ¿Tu crees? Hasta ahora tengo sobre la frente más chichones que laureles. 



Todo Ubú. Acto 4 Escena IV.  Alfred Jarry.






Reflexión

Aún sin estar ni demasiado  disponible,  ni demasiado interesado, ni quizá, es bueno ser honesto, demasiado preocupado,  igualmente me entero ,   gracias a  esta sociedad de esquinas mediatizadas,   repletas de titulares, que aún cuando mudos , amenazan y asustan  a desprevenidos  transeúntes dispuestos y  distraídos a vivir  la ciudad y lo logran   desde  la cómoda y segura inimputabilidad quieta de los kioskos. 

Apreciamos entonces  como crece, como se instala y  como se incorpora y transforma en parte de la realidad cotidiana ese viejo conocido de la especie,  el miedo. 



 Al caso, en estos contextos contemporáneos y urbanos,  en la mayoría de los casos, con el aditivo de lo  ominoso, sumando perversamente  a la posibilidad del daño, un origen ambiguo e impredecible, que   convierte  en  sospechable de ser el todo,  a parte de nuestros miedos.


Reflexionando al respecto, y ahora si preocupado,  recordé y retomé, algunas lecturas que  en su momento abrieron espacios de control a mis dudas y de  lógica a mis pensamientos . 

En realidad , me permitieron mirar el problema de nuestros “sustos” sociales desde una mirada crítica a las soluciones que ayer y hoy presentaron con soberbia,  a veces con  mucha hipocresía, y otras tantas desde  criminable ingenuidad intolerable  y /o impericia o sencilla incompetencia,   los administradores   de nuestra paz social y pública y que nos aplican cual vacunas   a la llegada de las grandes pestes.


Es decir como tenemos miedo, ponemos tranquilamente nuestros antebrazos a cualquiera sea tamaño y contenido de las agujas inoculantes que vienen desde recetas de letra ininteligibles y orígenes  reconocibles. Por lo menos a mí me duelen, pero  en mi caso  me declaro en estado de horror permanente a todo pinchazo hipodérmico o lo que sea se llamen estos asuntos de ver derechos en vela.



Tengo temor a los pinchazos que estoy recibiendo, y de los cuales aún cuando no quiera, lo del principio, los recibo  desde cada enorme titular de diario, o desde los partes de guerra del informe posterior a la acción (¿?),  toda vez que el ruido ensordecedor de las embravecidas  aspas  de helicóptero, me permiten escuchar a los portavoces del bando ministerial correspondiente.


En la  intención de  invitar  a quien le interese, a aquellos que  tampoco quieran poner el brazo a cualquier vacuna,  a acompañarme  en la lectura de Kafka y de Clastres - vaya un fragmento, a los efectos - que me parece muy ilustrativo .


CLASTRES, Pierre,  A sociedade contra o estado,  Livraria Francisco Alves Editora, Río de Janeiro, 1986, 3ª edición. (Traducción Senón Sosa)

 Capítulo X. La tortura en las sociedades primitivas

1. Una  Ley .  Una escritura.

Se supone que nadie deja de pensar en la dureza de la ley. Dura lex sed lex. Diversos medios fueron inventados, según las épocas y las sociedades, a fin de conservar siempre fresco el recuerdo de su dureza. Entre nosotros, lo más simple y reciente fue la generalización de la escuela, gratuita y obligatoria. A partir del momento en que la instrucción se impone a todos, a nadie más le asiste el derecho de, sin mentira –sin trasgresión– , alegar su desconocimiento. Pues, por ser dura, una ley es al mismo tiempo escritura. Una escritura existe en función de la ley, una ley habita una escritura; y conocer una es no poder más desconocer a la otra. Toda ley es por tanto escritura, toda escritura es índice de la ley. Los grandes déspotas que sirven de marcos para la historia nos lo enseñan, así como todos los reyes, emperadores, faraones, todos los Sóis, en suma, los soberanos imponen a los pueblos su Ley: siempre y por todas partes, una escritura reinventada proclama de pronto el poder de la ley, grabada en la piedra, pintada sobre las cortezas de los árboles, dibujada en los papiros. Así mismo los quipus de los incas pueden ser considerados una escritura. Lejos de reducirse a simples procesos mnemotécnicos de contabilidad, los cordones amarrados eran de antemano, necesariamente, una escritura que afirmaba la legitimidad de la ley imperial, y el terror que ella debía inspirar.

2. Un código , un cuerpo.

Que la ley encuentre una forma de inscribirse en espacios inesperados es lo que nos puede enseñar esta o aquella obra literaria. Los funcionarios de La colonia penitenciaria -Franz Kafka -  explican minuciosamente al visitante el funcionamiento de la máquina de escribir una ley:
“Nuestra sentencia no es severa. Se graba simplemente con el auxilio del rastelo- objeto cortante - el párrafo transgredido sobre la piel del condenado. Por ejemplo, se va a escribir en el cuerpo de este condenado –y el funcionario apuntaba a un hombre-: ‘Respete a su superior’. ” Y el visitante que se sorprende al saber que el condenado desconoce la sentencia que lo alcanza, el funcionario, lleno de buen sentido, responde: “Sería inútil dársela a conocer, explicársela, ya que va a aprenderla con su propio cuerpo.” Y más adelante: “Usted ve que no es fácil leer ese texto con los ojos; pues bien, el hombre lo decodifica con sus heridas. Esto es sin duda un enorme trabajo: son necesarias seis horas para terminar.” Kafka designa aquí al cuerpo como superficie de escritura, como superficie apta para recibir al texto legible de la ley.
Y si alguien objeta que es imposible adaptar esto al plano de los hechos sociales y que no pasa de la imaginación del escritor, se le puede responder que el delirio kafkiano aparece, en todo caso, como una anticipación, y que la ficción literaria anuncia la más contemporánea de las realidades [...].

 

Uno de tantos  videos acerca de un "mega-operativo"
 
En Montevideo, Uruguay 2011. Los invito a deconstruir estas imágenes si realmente  intentan  "estar allí".  Es decir, saber lo que dicen las imágenes. Que al análisis,   no necesita ser  en exceso exhaustivo para interpretarlas. De puros pequeños y de mucha suerte,  a diferencia de Brasil y sus favelas, no  organizamos Olimpíadas o Campeonatos del Mundo alguno ,  que intimen a barrer debajo de la alfombra los  desperdicios nativos , sean o no reciclables. Que contenedores   se han previsto y bastantes cárceles nuevas   con alegría y beneplácito  se han estado construyendo e inaugurando en todo el vecindario.
Algo así como la búsqueda de la  solución final , o puede ser que de  tanto tiempo abstraido al interior de  la caverna platónica, no me permita entender que es todo este estrépito.  



Informativo Subrayado. Canal 10 . Montevideo. Uruguay

Conclusiones breves

El policiamiento o militarización de asuntos que son sin duda alguna sociales, ha sido metodología siempre tentadora, disponible y de deslizamiento fácil en los oídos de gobernantes nerviosos “ al abajo que se mueve”. Esto ha sido así en sistemas de gobierno de todos los perfiles ideológicos. Al caso de los mediatizados megaprocederes puestos últimamente en práctica en los barrios empobrecidos de Montevideo por las fuerzas del orden y que ocupa la atención de la articulista , concuerdo también en que esta" illusio" de órden público restaurado desde la fuerza, trae a escena al Unamuno en la Salamanca atropellada por voces de viva la muerte. No puede fuerza alguna asegurar nada desde que no convence, por tanto no produce cambios. Me crispa los nervios tanta arma y tanta bala amontonada esperando . Me azota el sentido común tanto ruido de helicóptero amenazante. Junto a otros , el viejo mito de creer que nuestro bienestar está en relación directa con los aparatos policiales y su actuar en fuerza , es además de erróneo, mercancía engañosa , por más que de venta fluida y consumo voraz. En fin. No parece cosa acertada ni buena que el guerrear se haya convertido en asunto entre nativos y dentro de las “empalizadas” propias. Confío que una pizca de Criminología Crítica y un algo más de Ciencias Sociales cualitativas aplicadas, Antropología Social y Cultural por supuesto, y algo de tilo para los nervios, puedan llegar en breve para convertirse en una mega solución saturada de realidad social. Que los “buenos” viejos tiempos de Lombroso y compañía, ya los creí materia de la paleohistoria criminológica.

lunes, 16 de mayo de 2011

El fin del sinfin. Guerra: estupidez por otros medios

Mirando el Guernica. La obra se expone en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid. España


Guernica. Picasso. 1937. Esta obra denuncia  la masacre de una población civil indefensa. De entre los escombros se rescataron 1.654 muertos y 889 heridos. La mayoría, ancianos, mujeres y niños.








 reflexiones

Quizá  las primeras señales acerca de la frecuente y porfiada    relación de nuestra especie con la violencia individual e intergrupos, más o menos organizada, más o menos sostenida, llevada adelante con herramientas especiales e individuos dedicados full o par-time  a tal fin,   conceptualización  que   denota sin confusión  lo que entendemos en el todos los días desde el  vocablo  guerra, debamos rastrearla y allí  sin duda la encontraremos, ya  en los diseños   de las primeras  aldeas , en los tiempos en que  el homo sapiens empujado por circunstancias diversas, que poco que ver tienen con la idea evolucionista de progreso que tenemos generalmente ,  entraba con esfuerzo y paso incierto al neolítico,  escenario de transición y cambio , sedentario ya,  domesticando plantas y animales,  acumulando  excedentes y   por necesidad   a especializar  gestores  y en ello implícito, conceder  el poder que  conlleva, que ya Foucault aclaró ,  en forma sostenida y fuerte, que el poder no es una abstracción que se tiene o adquiere, que el poder se ejerce.


Ya allí y entonces   los arqueólogos encontraron fuertes evidencias  que las fuentes de los  principales miedos,  no provenían exclusivamente  de los depredadores de otras especies animales, que tambien por allí miedos  habían. Las fortificaciones de diseño diverso, los fosos, canales y muros perimetrales  que las rodeaban, indican y apuntan a decir  que los principales sustos de tales primigenios congéneres aldeanos , algo así como homo sapiens sapiens paleourbanos, provenían desde  otros grupos de hombres, desde  otras aldeas u otras bandas,  compitiendo en aquellas épocas váyase a saber porque en cada caso concreto, pero en todos los casos, indudable e incontrastable, la pelea violenta,  era detrás de lo escaso, de lo necesario, de lo imprescindible de alguna manera y modo a la tarea primordial de sobrevivir y reproducirse.


O sea dicho en forma simple,  apropiarse y satisfacer necesidades,  aún cuando estuvieren  en posesión de otros,  mediante el uso de toda la  violencia necesaria y funcional a tales fines.
Nada más observar , a título de ejemplo,   la complejidad de los sistemas de defensa que componen   el diseño  arquitectónico de la pre bíblica Jericó ha poco de entrar en  la sedentarización allá por el 7.500 A.C.  Es muy importante  la cantidad y calidad de recursos, energías humanas principalmente, empleados en sus sistemas defensivos. Vida cotidiana entonces, que ya sentía sobre si y sus cosas,  la amenaza de depredadores de la misma especie. En su simple contenido ,  es fácil a veces perder de vista  la noción de la guerra como estado de situación. En cierta cuota parte,  hemos ido construyendo desde el discurso principal una idea de  la guerra como un tema de ejércitos individualizados por uniformes y banderas, matándose unos a otros detrás de motivaciones diversas y cuya legitimidad difiere según el bando al cual se pertenezca y/o adscriba. Los tiempos actuales dicen otra cosa.
La guerra también siempre ha sido  para que uno gane y otro pierda. El primero gana y se apodera de un botín. Los segundos pierden, y por tanto pierden cosas que consideraban propias. Sean éstas, metales, ganado, territorios, agua,  mujeres, personas en general a ser esclavizadas,  etc.. En la modernidad, en el presente, casi siempre, sin excluir en nada toda esta  amplia diversidad de cosas,  un  botín deseado, por tanto muy  buscado, y por tanto más guerreado,  es conseguir  la energía necesaria a  un mercado cada vez más demandante en bienes y servicios destinados mayoritariamente a el consumo superfluo . O frívolo si gusta.


Corren por el mundo estos días  acontecimientos puntuales  de violencia y muerte , de personas y personajes puntuales , de guerras diversas  que  disputan  titulares de prensa  y la atención de  los públicos, en medición proporcional a la cantidad  y/o calidad de los muertos protagonistas.


Se van solapando las noticias en la medida que unas superan a las otras. La muerte de Osama ocupó espacios y hurtó  resonancia a la  muerte internacionalizada en Siria, o los asuntos de muertes locatarias  del México en su incómodo vecindarui  , o los de  cualquier favela brasileña, en proceso ansioso y nervioso de sufrir nueva colonización desde  la mirada severa del Comité Olímpico o la FIFA, otorgantes de  las próximas Olímpiadas y campeonatos mundiales de fútbol porvenir.  

O solapando    homenaje y funebria  que esperaron tanto tiempo a Sábato en la Argentina, o la escasez  de prensa occidental y  grande, papnotizando  los  rituales y ceremonias  fúnebres de hijos y  nietos de Gaddafí. 

La humanidad   está en guerra. Situación decidida por nuestros "grandes hombres" . Habitamos  un escenario  repleto de  super policías, de  super soldados robotizados y  de super  robots soldados  ,  repleto de  tecnología , tal cual los tiempos de  antes y durante cuando había en este planeta circular y por tanto finito, muros de berlín y telones de acero, cada vez menos  campos épicos de batallas y guerreros muertos y cada vez más daños colaterales , guerrilleros y terroristas. 

Casi siempre la muerte que nos enfrenta como noticia,   es irreconocible ; no ha sido etiquetada , nos resulta imposible  definir en ella, los contricantes, los adversarios, los  amigos o enemigos. Porque simple realidad, nadie es a nosotros amenaza en la situación. Tenemos idea de bandos,  cuyos territorios ya no son fronteras,  se han construido en espacios de intereses,  influencias y dominio.  

Se ha evaporado en la irrealidad, la posibilidad de definir si el extraño  según pensaba Levi-Straus, lo canibalizaremos o lo absorberemos  hasta  donarles techo, cama y mesa en nuestras chozas. 
Terror y Terrorismo. Todo cabe dentro de conceptos de tan inmensos, inconmensurables. Mega concepto que al expandirse desde interpretaciones interesadas, adquieren la capacidad de mimetizarse en el discurso conveniente.




“Los horrores de la guerra” Cuadro pintado por Rubens y su taller por 1638 y que se conserva en la Galería Pitti de Florencia. El cuadro había sido el más representativo de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), la mayor guerra europea del siglo XVII, tanto por su extensión geográfica como por su significado ideológico, pues inicialmente fue una guerra entre católicos y protestantes. También llamado Las consecuencias de la guerra. Es una alegoría de las guerras que habían asolado a Europa.

Tras pintar este cuadro alegórico, Rubens envió una carta dirigida al flamenco Justus Sustermans, pintor de la corte del gran duque de Toscana, Fernando de Medeci, a cuya colección se incorporó seguidamente. La carta contenía  una descripción detallada del cuadro y su iconografía:
  
Marte ha salido del templo de Jano dejando abierta su puerta –que en tiempos de paz permanecía cerrada- y avanza con la espada desenvainada arrastrado por la furia Alecto a pesar de los intentos de Venus por retenerlo. Acompañan a Alecto el hambre y la peste, inseparables compañeros de la guerra. A su lado hay una madre con el hijo en brazos, para demostrar que la fecundidad, la procreación y la caridad resultan arrasadas por la guerra, que todo lo corrompe y lo destruye. También están desparramados por tierra los atributos de la paz, la concordia, las artes y las letras. Hay una mujer lúgubre vestida de negro y despojada de todas sus joyas y adornos:
es la infeliz Europa.


El episodio del sinfin


En un perfecto  raid de profesionales de la violencia legítimada , días atrás  equipos de elite de las Fuerzas Armadas de Norteamérica ubicaron  en Pakistán , llevaron adelante una operación de comandos y mataron en territorio extranjero al hombre más  requerido del planeta:  Osama Bin Laden el jefe de Al-Qaedda , considerado el responsable del ataque con aviones a las Torres Gemelas de Nueva York.


Estos modernos  guerreros a tiempo completo,  entrenados a tales fines,  construidos para el  éxito y la eficiencia , super atletas de  la guerra  ,  construyen,  estimo que con conciencia y voluntad, fuerte  mensaje y discurso de poder. 

Cada vez más visualizados  , casi que llevados a la  imaginería  de play  station en tiempos  reales en HD y sonido perfecto. Son los nuevos agonistas  de la guerra,    protagonistas  de anunciadas crónicas  de   muertes, a    celebrar sin pudor  en  los despachos y en lo público . Es fácil advertir el guerrerismo creciente y renacido  en el   imaginario popular exacerbado,   paradoja de estos  mundos  poblados hasta el "embotellamiento" de templos y catedrales que albergan   exhuberante panteón de dioses cristianos vigentes. Han resurgido nuevas vías Apia y en ella se  conceden  triunfos otra vez.

Debo al parecer también,  entre otras cosas,  formatear mis viejos atlas geográficos. Entre algunas de mis  muchas otras confusiones últimas,   Abbottabad parece  resultar  y ser  alguna  pequeña ciudad de Nebraska y la vieja  Trípoli  una ciudad capital de cualquier   otro lejano planeta que por causas difusas  ha despertado la ira bélica de medio globo terráqueo.

Los sucesos del 11/S/2001 en New York , en nada realmente cambian, casi una década entre ellos, con el raid militar que toma  por estos dias la vida de Osama Bin Laden. No turban ni distraen el acontecer de los hechos. Ni de uno ni del otro. Están realmente compartimentados y perfectamente  estériles uno al otro. Aunque cinematografía mayores  o menores aplicadas a ambos y conyugándolos, a primera vista parecieran decir lo contrario. No se pertenecen en sus consecuencias. Como toda acción intervenida de humanos, ambos episodios movieron y conmovieron realidades. Pero no pequemos etnocentricamente al pensar que toda la realidad fue construida igual en todos los escenarios. Tambien para el caso, aplican perfectamente ambos episodios. Si en algo se unen y establecen camaradería, lo es en la magnitud global de su difusión, y en la evaporización de las fronteras totalmente mansas y permeables  a estos  episodios en los cuales regresamos sin mayores estremecimientos a nuestra condición y estado de fieles ciudadanos de Liliput. Asombrados , perplejos, admirados y confusos de gigantismos llegados imprevistamente a nuestras costas.
Tambien previendo temerosos, cuando el hombrón de Gulliver, orinará sobre nuestros palacios  apagando incendios y rescatando princesas en peligro.   Han caido también juntos y consecuencias de ambos episodios, los conceptos de refugio y de escondrijo.  Nada es seguro. Ni en lo macro colectivo ni en lo individual. La guerra, esta guerra, llega allí, en la forma de aviones secuestrados o a bordo de helicópteros repletos de supermen. Esa es quizá otra hermandad. Nadie parece poder huir una vez la guerra. El espacio que alimentó esperanzas en otros tiempos, la ilusión de huir de la proximidad de los campos de batalla y muerte, dejó lugar a la incertidumbre espacial. No hay forma de hacer barrios privados "countrys" donde guarecerse de la otra guerra cotidiana contra otros, pero esta vez más próximos, también buscando satisfacer necesidades, que al caso de estas reflexiones, no interesa la legitimidad y/o legalidad de las mismas, sino su mera existencia.


El eternamente citado Clausewitz afirmaba que la guerra era  la continuación de la política por otros medios,  afortunadamente Jean Baudrillard, pensador agudo como un estoque, le salió al paso y piensa que la guerra declarada contra el terrorismo, específicamente , por EE.UU y Gran Bretaña, eran a su juicio la continuación por otros medios, de la ausencia de políticas. (Jean Baudrillard. El espíritu del terrorismo. Le Monde.París. 3 noviembre 2001). 

No me resulta difícil estar en acuerdo. Tampoco me resulta dificil expresar mi opinión en cuanto a lo difícil que ha sido hasta el momento, entregar a la discusión definiciones concretas y objetivas de Terrorismo y su contrapartida Guerra contra el Terrorismo. Han sido siempre conceptos sensibles a la manipulación. 
También , sin duda alguna, muy próximas en tiempos y espacios uruguayísimos de  su historia reciente. 



Los fusilamientos del 3 de mayo de 1808. Goya. Museo del Prado.Madrid. La escena sigue siendo uno de los retratos más significativas del arte sobre la violencia militar.





De Cantinflas imperdible , de otros mensajes  y otros discursos.


















 







Su Excelencia es una película de Cantinflas filmada en el año 1967 . El filme contiene un memorable discurso del actor que critica a los gobernantes del mundo y les exhorta a conseguir la paz y la libertad.


Mario Moreno Reyes "Cantinflas"
(12 de agosto de 1911 - 20 de abril de 1993)
Actor cómico mexicano que destacó en las carpas (teatros de variedad itinerantes), el teatro y el cine.
Mario, a quien entonces apodaban el Chato, buscaría en el boxeo profesinoal una posibilidad de allegarse dinero y fama. El Chato Moreno fue noqueado en el primer round de su primera pelea. Para su fortuna, colgó en seguida los guantes. al poco tiempo apareció en una carpa.
En 1934 conoció a la actriz de orgien ruso Valentina Ivanova, con quien contrajo matrimonio.
En 1940 fundó la productora Posa Film junto a Jacques Gelman y Santiago Riachi. Su primer film lo rodó en 1936 aunque será cuatro años después cuando alcance la fama con la película "Ahí esta el detalle".
Fue miembro del Sindicato de Actores y al sustituir en la dirección de dicha institución a Jorge Negrete, fundó de forma benéfica la Casa del Actor. En 1952, haciendo gala de la generosidad que lo caracterizaba, emprendió una campaña a favor de los pobres para construir un habitat social.
Reconocidos personajes del mundo cinematográfico, como el afamado mimo Charles Chaplin, manifestaron su admiración por el trabajo de Cantinflas. Chaplin incluso intentó rodar una película con el cómico azteca pero no hubo resultados, "Cantinflas es el mejor cómico del mundo", señaló en una oportunidad.
A lo largo de medio siglo, Mario Moreno rodó más de 50 películas y participó como escritor en seis de ellas. Entre sus títulos más destacados se encuentran El bolero de Raquel (1956), El padrecito (1965) que sería su primera película en color, Sube y baja (1958) o El profe (1971), todas éstas, por supuesto, dirigidas por Miguel Delgado, con quien también rodó su último largometraje en 1981, titulado "El Barrendero".
El "personaje de la gabardina", como también se conoció a Cantinflas, se hizo célebre por su verborrea, que arrojaba un sin número de palabras carentes de significado. Todo un maestro de las evasivas y el no comprometerse con los juicios, mientras hacía duras críticas, los errores y los abusos de políticos y gobernantes de turno de México. Tan característica y popular fue esta condición del cómico y carismático personaje que incluso su nombre, y todos sus derivados, han sido tomados por el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española alrededor del verbo "Cantinflear": intr. Cuba y Méx. Hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada. || 2. Cuba y Méx. Actuar de la misma manera.

"La primera obligación del hombre es ser feliz y la segunda hacer feliz a los demás"

Fuentes:
www.clio.com.mx
www.mipunto.com
www.yomarnathalia.com/MMC/CANTINFLAS.html
             






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