Yemanjá. Monumento que mira al río en la Rambla de Montevideo. Foto: j.n.viana |
Con algo de atraso, que en realidad nada cambia desde que bien sabemos que en realidad todo pasa, publico esta entrada dedicada a la celebración de los días 2 de febrero : la fiesta de Yemanjá Diosa del mar, con tanto de pagana, plena de sincretismo religioso, fermental crisol en cuyo interior se procesan fantásticos entrecruces fértiles en creencias, fruto y consecuencias de enfrentamientos culturales de data antigua , nos llegan lentos y en pausados pasos desde los tiempos que al indio de la mano del padre Bartolomé De las Casas se le descubrió alma y por lo tanto se le permitió penar , en tanto y en ecuación perversa comenzaba la infame trata de esclavos hacia estas tierras y a la madre Africa se le quitaban por la fuerza del poder y de las armas, miles y miles de hombres y mujeres de piel negra , almas y cuerpos sustitutos supuestos a aliviar de sufrimiento a los pueblos nativos de este continente en un razonamiento que solamente en gran esfuerzo de tomar nota del escenario histórico y sus contextos, esquiva -con dificultad - tipificar el genocidiio, aunque ni desde la mayor amplitud conceptual pueda evitarse al proceso de Conquista en un todo sus claras pretensiones y consecuencias etnocidas.
Ahora que la conquista y la colonización , esa experiencia única e irrepetible en lo que hace a nuestro planeta, han quedado un tanto veladas en el conciente de los americanos contemporáneos y alojadas menos en la racionalidad cotidiana como más en los recintos académicos, espacio calificado, pero muchas veces aséptico a la realidad, ricos escenarios donde la discusión embellece la teoría a riesgo de empobrecer muchas veces la cotidianeidad , cuando nos cuesta percibirlas desde que nos cuesta, como también nos cuesta aceptarlo, pensar estas tierras llamadas América por sus conquistadores , como la matriz de culturas prodigiosas desde y en la riqueza inconmensurable de sus manifestaciones e identificarnos en ellas pensamos que es hora de escudriñar en nosOtros, mirarnos y vernos, aceptarnos, construir en fin y definitivamente esa América multicultural que a veces nos mira como ajena desde los textos de historia y en las aulas .
A grosso modo, es desde esa matriz que hay posar la mirada en Yemanjá y hacer que lo que vemos, pierda su carácter exótico y ajeno. En la diversidad cultural y desde ella, todos los americanos estamos contenidos en estas poderosas manifestaciones y todos a un modo u otro tenemos instalados en el espíritu, nuestros ancestrales seres sobrenaturales y fantásticos, divinos y diabólicos, rondando alrededor de esos otros iguales que nos llegaron desde Oriente, cruzando el mar en los pequeños navíos intrépidos y ambiciosos del europeo.
Ahora que la conquista y la colonización , esa experiencia única e irrepetible en lo que hace a nuestro planeta, han quedado un tanto veladas en el conciente de los americanos contemporáneos y alojadas menos en la racionalidad cotidiana como más en los recintos académicos, espacio calificado, pero muchas veces aséptico a la realidad, ricos escenarios donde la discusión embellece la teoría a riesgo de empobrecer muchas veces la cotidianeidad , cuando nos cuesta percibirlas desde que nos cuesta, como también nos cuesta aceptarlo, pensar estas tierras llamadas América por sus conquistadores , como la matriz de culturas prodigiosas desde y en la riqueza inconmensurable de sus manifestaciones e identificarnos en ellas pensamos que es hora de escudriñar en nosOtros, mirarnos y vernos, aceptarnos, construir en fin y definitivamente esa América multicultural que a veces nos mira como ajena desde los textos de historia y en las aulas .
A grosso modo, es desde esa matriz que hay posar la mirada en Yemanjá y hacer que lo que vemos, pierda su carácter exótico y ajeno. En la diversidad cultural y desde ella, todos los americanos estamos contenidos en estas poderosas manifestaciones y todos a un modo u otro tenemos instalados en el espíritu, nuestros ancestrales seres sobrenaturales y fantásticos, divinos y diabólicos, rondando alrededor de esos otros iguales que nos llegaron desde Oriente, cruzando el mar en los pequeños navíos intrépidos y ambiciosos del europeo.
Yemayá
Yemanjá, Iemanjá, Janaína, Estrela D'Alva.
Yemanjá, Iemanjá, Janaína, Estrela D'Alva.
Orisha del río
Dueña de la maternidad, pues fue
la madre de la mayoría de los orishas y crió a los demás.
Representa la intelectualidad, la
sabiduría y el carácter cambiante como el mar.
Adivina por excelencia.
Dueña también de las aguas y del
mar, fuente de toda vida.
Su receptáculo es una sopera de
cerámica de color azul o de tonalidades azulinas.
Lo que no debe faltar en su altar
son remos, una corona, un timón, un barco, caballitos de mar, peces, conchas,
corales, un sol, una luna, platos, un salvavidas y una llave.
Su número vibratorio es el 7 y
sus múltiplos.
Su color es el azul y sus
tonalidades.
Sus elekes más tradicionales se
confeccionan intercalando siete cuentas azules, una azul ultramar y siete azul
agua.
Se le ofrendan camarones,
alcaparras, lechuga, huevos duros, tomate y acelga. Tamal de maíz envuelto en
hojas de plátano, frijoles, cocadas, pescado entero, melón, sandías, papayas,
uvas, peras, manzanas y naranjas.
Se le sacrifican carneros,
gallinas, patos, palomas, codornices y gansos.
Sus ewes son lechuga, mejorana,
mora, berro, prodigiosa, helecho, verdolaga, aguacate y ciruela.
Su imagen pagana se asocia con la
Virgen de la Regla.
Es la diosa del agua, por esa
tiene gran fuerza.
Ella vive en todas partes, aunque
se cree que prefiere estar cerca del mar.
Es símbolo de la fecundidad, por
eso cuando va a nacer un niño su imagen no puede faltar durante el parto.
Es la creadora de los ríos y le
gusta salir de cacería.
Tiene un carácter fuerte y
decidido, por ese motivo hay que tenerla contenta, pues si se le hace enojar
ella puede provocar terribles desgracias. Pero regularmente se le imagina
contenta y con muchas ganas de bailar.
Aunque puede ser muy mala, nunca
comete injusticias.
Tomado de: Santería Milagrosa.
Yemanjá es una orisha originalmente de la religión yoruba (un gran grupo etno-lingüístico del
oeste de África), la cual ha tomado un lugar
prominente en muchas de las religiones afroamericanas. Los africanos
provenientes del territorio yoruba (suroeste de Nigeria, Benín y Togo)
trajeron a Yemayá/Yemojá y una variedad de otras deidades/energias naturales
con ellos cuando llegaron a las costas de América como esclavos. Yemayá es el
océano, la esencia de la maternidad y protectora de los recién nacidos, entre
otras características.
En la mitología
yoruba, Yemayá es la diosa madre; patrona de las mujeres, en especial de las
mujeres embarazadas; y del rio Oshun. En algunas historias sus padres son
Oduduwa y Obatala. Hay muchas historias acerca de como ella llegó a ser la
madre de todos los Orishas. Estaba casada con Aganju y con él tuvo un hijo,
Orunga y quince Orisha nacieron de ella además de este.
Incluidos están Ogun, Oshun, Shopona y Shango. Otras historias proclaman que
ella estuvo presente al principio del mundo y que todo lo que vive proviene de
ella, incluido los Orishas. Tomado de
wikipedia
Celebración a Yemanjá . Playa Ramirez . Montevideo. Uruguay. 2 de febrero de 2015
Fotografías a cargo del autor. j.n.viana
Podría comenzar este breve ensayo, diciendo que acabo de llegar del mar y quizá... del cielo. Que allí en un escenario alucinado de colores, inninteligible desde la multidiversa humanidad allí conjuradas, conviviendo el místico devoto con el "arrebatador" haciéndo su depredación en el gentío disperso y distraido; el creyente ingenuo con la mera abusiva credulidad; el siempre ingenioso mercado de ocasión y los turistas que parecen llevar integradas a sus cuerpos cámaras ansiosas saboreando el momento de volver y mostrar tales extravagancias , he visto gente gemir, llorar, reir . Que he visto gente ser consolada y consolarse. Que he visto gente que dice y cree, haber visto a Yemanjá y escuchado sus susurros hecho canto en la cacofonía del mar .Que ha estado con ella. Que la ha sentido. Podría decir que he visto a
las orillas de ese río como mar que es el Río de la Plata a la altura
que sus arenas inundan de playas doradas el sur del país y a su capital
Montevideo convertir lo pagano en sagrado... y viceversa.Novia del mar. Foto: j.n.viana |
Y más allá de alguna subjetividad propia a mi lejana relación con los libros cristianos , puedo también decir que he visto allí, algo no frecuente ni demasiado abundante en los tiempos que corren desde que Nietzche nos avisó de la muerte de Dios . He visto Fé. Mucha Fé. Simple, básica, desde los instintos otro que de la razón.
Cosa ésta que allí en la playa, en las ofrendas, en los rezos y en los bailes, en el desenfreno alucinado, en la fiesta pura de los sentidos, pura fiesta de lo simbólico , no ocupaba a decir verdad ningún espacio privado desde que todo allí era público, por lo tanto no preocupaba a nadie.Mientras camino, en regreso a las rutinas de la vida cotidiana, frío universo en donde mucha de estas emociones e ilusiones son desde largo tiempo extintas y han quedado escoradas y abandonadas como quedarán, bien que se sabe, las frágiles barcas ya en poder de la diosa espléndida lo ofrecido que desde ahora le pertenece , los sueños fantasías y esperanzas , cuando el mar las devuelva a encallar en los roquedales. Me doy cuenta que he visto gente, personas del común, Otros sufridos , erguidos en esperanzas, cargados y cansados en la frustración de vidas incomunicadas , solitarias en la multitud, almas convertidas en bits y humanidad virtual, sentirse en magia, sentirse bendecidas en la más profunda y mágica ritualización de su humanidad espléndida y su pensar simbólico excitándolo y dominando el todo .
Fe y esperanza. Foto: j.n.viana |
Mate y termo. Las costumbres y las creencias religiosas comparten cultura. Foto: j.n.viana |
También hay espacio para lo prosaico. Venta de "churros" Foto: j.n.viana |
Crencias, fé , alivio. Foto: j.n.viana |
Palabra santa |
Julio,no voy a escribir sobre lo que tu tan bien lo haces,como desgranando maíz para la Diosa,lo sagrado y lo profano,lo intuitivo y lo simbólico,los dones y los contradones.Pero sí quiero subrayar en tus fotos,la belleza de esa novia del mar sentada en los bordes de su amor,la sandía flotando sobre la que alguna vez escribiré,un barquito pequeñísimo en el agua esperando su consagración y la inevitable fragilidad de otro ya encallado en las rocas,tan frágil como esa fe que dura un solo instante glorioso antes de occilar y caer. Muy hermoso.
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