sábado, 10 de agosto de 2013

tiempos violentos


Foto de autor.j.n.viana.  Rambla de Montevideo.


 Tan lejos o tan próximo como lo quiéramos interpretar, allá por los años 30´del s.XX ppdo., ya la  mente de Bertrand Russel,  que hizo sin mucho esfuerzo la diferencia en aquellos tiempos, pese a ser escenarios   poblados de pensamientos curiosos ,se interrogaba acerca de las posibilidades - cualquiera fuera el sistema cultural, en el ancho y grande de su concepto antropológico - , de poseer y aplicar la suficiente sabiduría para  combinar las posibilidades de un pleno desarrollo individual con el mínimo de coherencia social  necesario para hacerlo estable y próspero, justo e igualitario a todos sus miembros. 

Se preguntaba - no fue el primero, ni será único ni  último en hacerlo-  cuales serían a futuro las probabilidades - con mucho de  ciencia de la espectativa y más aún  de  esperanza- de llegar el hombre a un estadio de armonía entre su individualidad y consiguientes  tensiones y el ejercicio de una ciudadanía respetuosa del Otro. Es decir convivencia en armonía y paz.

Muchas cosas han ocurrido en el mundo desde entonces. No muchas de las que debamos enorgullecernos. Si desviamos nuestra vista del enceguecimiento producto de tanta  maravilla tecnológica, que nos distraen de la realidad , si nos extrañamos de lo que vemos cotidianamente en nuestros entornos, veremos entonces, con nitidez, en espacios tan simples como cualquier esquina de nuestros vecindarios,  un mundo demasiado en dolor y escasez. Poco justo y en muchos casos vergonzosamente desigual. Por tanto violento.

Ha presenciado desde entonces, como ya lo había hecho antes la humanidad,  la fría violencia de la ciencia aplicada a la guerra.  Guerras donde se cuentan los muertos  por millones . En uniforme. Sin uniforme. De uno y otro sexo. De todas las edades.  Que a los efectos muerte,  es exactamente lo mismo. Los campos de batallas de estos tiempos tan cercanos, han sido , son y serán  infinitos escenarios de ensayo y error de cuanta loca tecnología se pensara en los limpios laboratorios y mesas de diseño repletos de doctos frankesteins soberbios e irresponsables. También un inmenso mercado .

Muchos han  despertado perplejos  a la realidad . No se cambió el mundo como Marx predijo, no se cambió la vida, como lo pensó Rimbaud.

Lo humano resultó ser un poco más complejo.

Han sido éstos   tiempos de paz caliente que han sucedido a los tiempos de guerra fría, los que llenan también muchos cementerios alredededor del planeta. En algunas regiones, en tiempos de historia reciente,   sueños alucinados de algunos mesías trajeron  a sus pueblos en esta Latinoamérica sufrida , dolores sin medida , abrieron laberintos y despertaron  minotauros  .

Africa, negra y exótica a nuestra mirada etnocéntrica, pobre y miserable a nuestra concepción prejuiciada desde tanto tarzanes,  origen y principio de la aventura humana, hogar de la Eva de la especie,  se transformó  a pura polvora y fúsil  conquistador en el actual estereotipo de hambre y miseria. 

La vieja Europa se consumió en su propia voracidad  repleta y aletatargada en el  consumo frívolo y descontrolado,  en tanto que despierta de sus  viejos sueños imperiales, para ver sin comprender,  como recalan en sus costas millones de nuevos europeos  nacidos en otras tierras pero en definitiva, conciudadanos, transformando la exclusión urbana  en guerra étnica.

Hoy la violencia es más simple, más plebeya y hereje. Mucho menos épica.  Proviene directamente desde la indignación profunda de gente que siente la realidad de estar fuera de los "cercados" que construyen y  constituyen la aldea. Es desde ese sentimiento que penetran a su interior en afán de constituirse en "alguien" .
Mientras  no entendamos esta fácil y simple variable de nuestra relación entre nos(Otros), mientras el consumo y las leyes frías del mercado,  dicten  y construyan cultura, mientras haya lo que hay, y no queremos muchas veces ver, desigualdad en acceder a un mínimo bienestar, material y espiritual, mientras  simplemente  construyamos  más deseos de tener y poseer y con ello, sin duda alguna , más desigualdades, mientras todo esto suceda, al decir del poeta:  no habrá poesía. 
Es decir habrá violencia.



Panza feliz

mini poema tristísimo


A veces,

Muchas  veces,

me pongo triste.

Muchas de esas veces

llegan, sin ningún aviso.



Triste tristeza muda.

Andar por este mundo

miserable y triste....

paseando la  panza llena...

indiferentemente llena.



Montevideo 2002. j.n.viana

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