miércoles, 20 de noviembre de 2013

De los miedos sociales



 Otro modelo de convivencia
Hacia una sociedad de policiamiento cero
Primera nota


 
fotografía de autor. j.n.viana


 Son tiempos estos  donde es absolutamente difícil evitar al miedo.

Extraño y duro sentimiento  a tener de compañero inseparable e inevitable  en  estos tiempos espléndidos en  comunicación y exuberantes en  tecnología.

Pareciera a la simple mirada ingenua de mera  cotidianidad, que “la aldea” ha sido superada en sus vallados protectores y fracasada  la calidad de las  ofrendas a sus dioses protectores. El enemigo, el causante de todos y tanto miedo, ha sorteado pareciera los cercados, evitado los fuegos protectores y los dioses no han hecho favor de los sacrificios ofrecidos. Nos han por tanto, invadido.


fotografía de autor. j.n.viana



El hombre está entonces desvalido. Mira perplejo sus manos vacías.  Pero aún peor,  está solo. Quizá como nunca en toda la rica historia de su evolución . Solo en un selva de la cual  no conoce senderos ni controla sus leyes.


El miedo ha perdido su antiguo espacio en la individualidad para transformarse en peregrino que ronda sin cesar al interior de la sociedad real, cotidiana y doméstica que constituye nuestro hábitat.


Algo peor, lo hemos aceptado como vecino. Hemos dejado que allí se instale y habite. Hemos subido en mezquina y  aún peor e ineficaz medida defensiva , los portones levadizos de nuestras existencias, y nos hemos convertido en seres ausentes, invisibles, insociales. Toda la tecnología a nuestro servicio, está en porcentaje mayúsculo al servicio de esos nuestro miedos post-postmodernos.


Desde nuestros habitáculos creemos ingenua y absurdamente comunicarnos a través de un mundo inmaterial y por tanto inhumano, que transporta nuestras imágenes, nuestras voces, nuestras emociones realizadas en palabras, y por tanto carentes del matiz de  sus colores.


La especie quizá no  peligra. Aún. Pero si tengo predisposición a creer que peligra la cultura predominante. En su diversidad. La globalización, autopista como ninguna otra para facilitar  al miedo su viaje  a través del planeta , hace que todos los hombres, sin importar que modelo de cultura carguen  sus vidas, corran actualmente el mismo riesgo. Que es multicausal y por tanto complejo a la disección reflexiva. 

fotografía de autor: j.n.viana


Tampoco es el momento que persigue este texto de encontrarnos hoy a discutir diagnósticos. Hoy siento que angustiado me detuve en cualquier esquina, en cualquier momento de los tantos relojes, en cualquier tiempo de los tantos que nos acechan, y quise tomar del brazo a mis congéneres transeúntes y advertirles que el miedo que portan  está quebrando sus espaldas con la misma pesada carga que de antiguo dobló tanta espalda esclavizada.






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