En 1871, Edward B. Tylor publicó en Primitive Culture una de las definiciones más ampliamente aceptadas de cultura.
Según Tylor, la cultura es:
...aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre. La situación de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en la medida en que puede ser investigada según principios generales, es un objeto apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción del hombre.
Simplemente aburrido de escuchar por estos días comentarios,
entrevistas y sesudas declaraciones de personas que en posiciones de
responsabilidad, poder y fácil acceso a los medios de comunicación,
expresar muy sueltos de cuerpo opiniones contrarias a la voz de la Ley,
por cierto que cuando ésta no acompaña sus deseos. Es así en temas
nacionales(unos cuantos), internacionales (otros tantos) y casi todos
ellos bajo un patrón común, estar vinculados
a sonados casos de más o menos encumbrados personajes políticos puestos
en sus conductas a escrutinio de la Ley y en sus Tribunales de
Justicia. Deduzco entonces, para nada concibo novedosa mi deducción ,
que convivo con mucha gente que no vivió por estas regiones en los
70´y los 80´. Los jóvenes por supuesto que exentos . No son ellos los
que generalmente hablan, si son los que empuñan, razón de su tarea
periodística, los micrófonos. Me parece entonces solidario y
compañero noticiarles a quienes deseen enterarse, que en aquellos no
lejanos entonces , la ley no era dura, ni equivocada, ni sesgada, ni
sometida a espurios intereses. Simplemente no existía.
Respeto desde lo personal por convicción la Ley y los fallos de sus Tribunales. Sin excepciones. En el acuerdo, según mi real saber y entender, o en el desacuerdo. Sin ella, el convertirnos nuevamente en hordas es simplemente cuestión de tiempo . Y esa condición , que no he experimentado, igualmente puedo con espanto suponérmela debe ser más dura que convivir con la Ley.
Valga final disgresión. Manifiesto mi total acuerdo con Bansky, no se puede barrer todo lo que no nos gusta debajo de la cortina o de la alfombra como algunos prefieren . La sólida estructura que allí encontraremos más temprano que tarde, será seguramente tan y más dura que la Ley.
Respeto desde lo personal por convicción la Ley y los fallos de sus Tribunales. Sin excepciones. En el acuerdo, según mi real saber y entender, o en el desacuerdo. Sin ella, el convertirnos nuevamente en hordas es simplemente cuestión de tiempo . Y esa condición , que no he experimentado, igualmente puedo con espanto suponérmela debe ser más dura que convivir con la Ley.
Valga final disgresión. Manifiesto mi total acuerdo con Bansky, no se puede barrer todo lo que no nos gusta debajo de la cortina o de la alfombra como algunos prefieren . La sólida estructura que allí encontraremos más temprano que tarde, será seguramente tan y más dura que la Ley.
“Dura lex, sed lex”
Dura es la ley, pero es la ley
Aforismo originado en el derecho romano, que igual que la máxima "Durum
est, sed ita lex scripta est "–es duro pero así fue redactada la ley-,
nos permite entender la dimensión que el poder de la ley, posee en sí
mismo. La ley debe ser cumplida por dura que parezca, incluso por los
gobernantes.
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