Aproximación a la Ciencia y sus métodos de investigación
Aún cuando la entiendo y sé extensa para el formato, comparto con aquellos de ustedes que les interese el tema, y en cierto modo con la única pretensión de abrir discusión, desgrabación de mi participación en el Ciclo Académico de Otoño, organizado por la Universidad Abierta de Educación no formal de Adultos. Uruguay.
En el programa fui invitado a hacerme cargo del tema Métodos de Investigación, que en su inmensidad, hizo permisible mi interpretación y acomodar temática que en rigor, reniega de salir de las aulas para exponerla ante audiencia, cuya calificada riqueza , se forma precisamente en y desde su diversidad .
Enfoqué el desafío según mi real saber y entender, mis pacientes escuchas fueron alimentando los empujes desde la energía de la respuesta. No es un texto para el estudio. Porque no fue pensado como tal, ni llevó tampoco tal soberbia. Es simplemente un texto en el cual, y es enfoque abierto a toda polémica, trato de desacralizar a componente tan importante de la cultura como lo es el conocimiento científico, siempre próximo, siempre presente a nuestra vida cotidiana, pero que en los hechos, en lo que hace a la relación de mutuo conocimiento y entendimiento, en el desarrollo y en la investigación, está alejado, pienso que demasiado, de nosotros, sus usuarios a todo título.
Vaya entonces, escaso de pretensiones , pero en honestidad intelectual abierto a toda crítica, este trabajo presentación .
Universidad Abierta de Educación No formal para Adultos.
Ciclo académico de otoño. 1º de abril 2011
El tema de hoy, Métodos de Investigación en las Ciencias, hace necesario según me parece , que hablemos de la Ciencia y del conocimiento científico.
Voy a comenzar, como forma de irnos aproximándonos al tema, convocando al pensador austríaco Ludwig Wittgenstein quién en su aforismo número 6.372 de la obra Tractatus Lógico Philosophicus nos deja la siguiente reflexión:
“Asi, los modernos confían en las leyes naturales como en algo inviolable, lo mismo que los antiguos en Dios y en el destino. Y ambos tienen razón y no la tienen; pero los antiguos eran aún más claros, en cuanto reconocían un límite preciso, mientras que en el sistema moderno se quiere aparentar que todo está explicado”
Voy a seguir con otro prestigioso epistemólogo francés Pierre Thuiller, autor entre otros del libro: El saber ventrílocuo, y en el cual se manifiesta de esta manera:
“En nuestra cultura, la idea misma de tratar a la ciencia como una realidad cultural, comparable a las demás realidades culturales, tropieza con fuertes resistencias. Hay quienes se sienten molestos y a veces aún escandalizados por todo lo que arriesga al poner en duda el carácter sagrado de la ciencia.”
También recordaré algo que hace años a su primera lectura me conmovió y luego en maduras reflexiones posteriores me trajeron dudas e incertidumbres que, aún hoy , pienso que afortunadamente, llevo conmigo cada vez que emprendo la investigación de un nuevo objeto de estudio.
Retrocedo entonces a los tiempos de la Revolución Industrial, tiempos de la fascinación con la recién llegada tecnología de la electricidad , y llego a la novela gótica de Mary Shelley: Frankenstein, el prometo moderno, obra poco comprendida y considerada en el mejor de los casos como ciencia ficción o terror.
En realidad encierra un profundo mensaje epistemólogico y ético en lo que refiere a los peligros de toda soberbia, y nos advierte de cuanto este peligro aumenta al paso por el mundo científico.
Publicada en 1818 , ubica al protagonista Dr. Víctor Frankenstein en áspero diálogo y fuerte intercambio de reproches con la criatura por el creada a la cual le dice:
“¡Monstruo abominable! ¡Demonio del mal! Las torturas del infierno serían demasiado dulces para castigar tus crímenes. ¡Diablo perverso! Me reprochas tu creación. Ven, entonces, acércate para que pueda extinguir la chispa que tan despreocupadamente encendí.”
Es esta una invitación, motivarnos a examinar la epistemología de la ciencia a través de todos los tiempos. El nuestro por supuesto. De ahí que protagonizo esto en el papel de Mary Shelley y su Doctor Víctor Frankenstein, y en el desconsuelo transformado en violencia incontrolable de la criatura por el creada y devenida rápidamente en monstruo. La claridad de la imagen enfrentada con muchos acontecimientos contemporáneos me parece por lo menos inquietante.
El suave mundo de las humanidades, en contraste con las llamadas ciencias duras de la física, química y otras, siempre ha estado atento y pre- ocupándose cuanta vez a podido de estos aspectos, muchas veces, quizá demasiadas dejados de lado .
La ciencia no debe desarrollarse y estar oculta en gabinetes y ser de exclusivo discurso entre pares. La ciencia, ya se ha mencionado, es parte de la cultura. Y en ella y sus consecuencias nos debemos involucrar todos.
En lo personal también rescato, entre muchos otros de igual valor , a intelectuales humanistas tan preocupados como Shelley y que llegaron después ya en el s.XX enviando desde sus obras, fuertes mensajes desde espacios diversos . Aldoux Huxley y su novela : Mundo Feliz, mundo de ficción, imaginado y temido, en el cual los seres humanos actúan y viven al interior de una sociedad totalmente controlada por la ciencia , o el inconmensurable Chaplin desde la pantalla de los viejos biógrafos mudos, en su película Tiempos Modernos, ya en pleno tiempo de Gran Depresión , con fuerte crítica social a las maravillas prometidas, que solamente habían logrado convertir al ser humano, sumido en la pobreza y en la angustia, en una pieza anónima de los engranajes del industrialismo y el taylorismo . Son meras invitaciones. Llevan estas obras la ventaja de estar ahí, al alcance de todos y no en los estantes de lejanas bibliotecas adustas e ininteligibles muchas veces a nosotros, legos en cuanto al manejo de temas que siendo de la vida , se han transformado en distantes y complejos.
No se los pierdan.
Valgan estas alusiones para dar el tono de esta presentación, en la cual si algo pretendo incluir premeditamente, es un profundo respeto por la ciencia y por todo conocimiento, cuando este se desarrolla y es logrado desde la rigurosidad del método y el esfuerzo de la investigación, con claro compromiso social y fuerte control epistemológico.
Que el mundo bastantes doctores Frankenstein ha sufrido ya, y todos sabemos que las criaturas, que a veces despiertan los hombres de ciencia , no son fácilmente controlables una vez encendidas.
Methodus, ese viejo concepto , desde y con el cual, los griegos en la antigüedad entendían “un camino por medio del cual aproximarse a lo que debe conocerse” y con el que manejaban y satisfacían su ansiedad de saber. Hoy, dentro de tal significado, es asimilado el concepto en modernidad. En tal simple concepción, se encuadra la idea de Método.
Es decir, repitiendo a aquellos sabios griegos, es herramienta válida que utilizamos frente al diseño de cualquiera sea la investigación y/ o la ciencia involucrada. Que ninguna puede obviarlo, ni tampoco ninguna puede considerar que monopoliza la utilización de la herramienta.
Que ni las llamadas ciencias “duras” por tratar asuntos de la naturaleza ni las denominadas “blandas” por tratar asuntos del hombre , pueden creer , aunque a veces si que lo hacen, que son al método, algo así como promitentes compradores.
El método es afín y necesario a toda investigación en la materia y disciplina que sea y se trate. Constituye la única apuesta sólida a resultados con masa crítica confiable y estatus de conocimiento científico adquirido.
El término Ciencia puede abarcar varios sentidos. Nos ocuparemos hoy en este ciclo, de dos, sujetos a la escasez de tiempo , que estimamos son más importantes a este encuentro .
Uno, el de mayor extensión, hace a que consideremos Ciencia todo aquello que cada época histórica lo considera como tal y que se legitima desde las instituciones y desde la Cultura.
El otro, que podríamos calificar de más preciso en el tiempo, se refiere al conocimiento que poniendo distancia con la religiosidad , lo divino y la verdad revelada, aparece a partir de los siglos XVI, XVII y se consolida en el XVIII y adopta como rostros visibles principales a personajes del nivel de Copérnico, Kepler, Galileo, Newton.
Después vendrían otros pero estos fueron en muchos sentidos los maestros.
Es entonces que opinamos que para hablar de métodos de investigación, pensamos imprescindible hablar de su producto, el conocimiento científico.
Todo conocimiento es una forma de relacionarse con la realidad, o sea interpretar sus fenómenos.
He hecho también ante tema tan amplio y complejo, mi propia opción, la de especificar el contenido de esta mi conversación con ustedes. Hablaré a partir de Métodos utilizados por las Ciencias Sociales en general.
Se pueden partir desde dos puntos, desde el conocimiento vulgar o de sentido común empírico de los acontecimientos, o del producto metodológico de investigaciones llevadas adelante por hombres de ciencia o científicos.
No todo conocimiento es científico. Depende esto de ciertos requisitos. Alguno de ellos, el carácter crítico, por ejemplo, es decir, la necesidad de justificar racionalmente y aportar pruebas de verdad, han estado en general siempre presentes, tanto en el mundo antiguo como en el moderno.
Basicamente, en síntesis, podemos hablar de dos grandes instancias o paradigmas en los cuales ha estado contenida la idea de Ciencia.
El pre-moderno, desde la antigüedad llegando a la Edad Media, siendo fundamental a esta etapa el pensamiento aristotélico, en su idea de búsqueda de las causas de los fenómenos, época en la cual la ciencia no ocupaba el lugar de prestigio y jerarquía que luego la modernidad le concede. Por encima de ella en ese entonces, se encontraba aquel conocimiento que era capaz de darnos las causas últimas de las cosas. Los griegos le llamaron “metafísica”. O sea más allá de la física.
Luego llegarán los tiempos de esta noción de ciencia que de una manera u otra hoy tenemos y entendemos.
Y es el integrar a nuestro pensar que en ella, en la Ciencia, está todo el conocimiento y el saber propiamente dicho. Y este es un cambio fundamental: El poder de la razón apoyada firmemente en el método, para controlar y transformar la naturaleza.
Esto sucede en los siglos s.XVI y XVII y se traslada hasta nuestros días. No puedo omitir decirles que todo esto acerca de que consideramos o no, conocimiento científico, es asunto de fuertes debates y tensas controversias teóricas.
El conocimiento cual forma de vincularse con la realidad, y dicho en forma básica, debe ceñirse a cumplir con rigor etapas en las cuales:
describir, explicar y poder predecir.
A vía de ejemplificar.
Podemos entender que una persona que desarrolla su vida cotidiana, vive y trabaja en el campo, cuando describe las tormentas que le ha tocado vivir, hace relaciones con la temperatura, los vientos, las formas y colores de las nubes, el comportamiento de los animales de su entorno en la oportunidad y en base a ello puede llegar a predecir una tormenta con razonables índices de aciertos.
Ha descripto, explicado y predijo. Este es conocimiento de sentido común.
El metereólogo profesional, puede llegar a conclusiones similares, siguiendo razonamientos que de fondo son también iguales: describe las tormentas que ha presenciado, desde su saber y sus apoyos técnicos, explica las causas que provocan las mismas y luego puede predecirla a la luz de su análisis.
¿ Donde radica la diferencia, más allá de los resultados?
Radica en la credibilidad y legitimación. En el campo, sus pares, gente campesina ligada culturalmente al medio rural, escucharán con atención el pronóstico de su vecino. Lo legitima su cultura campesina.
Por su parte la sociedad no- rural , en mucho menor proximidad con los acontecimientos de la naturaleza y sus variables , mirará con desconfianza aquel pronóstico , pero escucha y acepta el vaticinio del meteorólogo, ya que lo legitiman a sus ojos, sus estudios, sus títulos y su cargo ya sea en la esfera pública o privada y también el sitio desde donde parte su discurso, la prensa, oral, escrita y televisada.
Desde la Antropología, que es mi campo profesional en el mundo de las ciencias, la atención ha estado puesta en pueblos, con o sin historia escrita, hoy el fenómeno se complejiza, ya que sujeto y objeto, es decir investigador y objeto de estudio, pueden estar viviendo la misma realidad cultural o compartiendo el mismo espacio.
Esto también nos lleva a ubicar el peso de nuestra opinión en acercar lo máximo posible , los campos metodológicos y teóricos , con lo empírico. Especialmente porque pensamos que la ideación de tal concepto y su puesta en práctica ha estado desde siempre en la realidad de nuestra disciplina antropológica, construida desde el saber y el conocer de los pioneros de la misma, desde Malinowsky y la soledad angustiante de su carpa en Las Trobiand, a Levi-Strauss en su contacto con el Amazonas y los Nambikwaras, y para no hacer esta lista infinita, a todos los antropólogos que hoy en algún lugar del mundo realizan su trabajo de campo. Observando y participando.
Levi-Strauss, estampó en su libro El pensamiento salvaje, que a su juicio la explicación científica, no consiste como se puede creer en reducir lo complejo a lo simple, antes bien, consiste en sustituir con una complejidad comprensible una complejidad que no lo era.
En un proceso que abarca las últimas 3 o 4 décadas, las ciencias sociales han ido configurando una especie de ruptura revoltosa contraria a la idea de claro corte positivista, que pretendía ver lo social desde las mismas herramientas de las ciencias naturales, como la física o la química. Y por supuesto , lograr leyes que establecieran el sueño positivista de que lo social pudiera ordenarse desde leyes y normas tal cual como sucede con aquellas.
Afán de medir y generalizar resultados con los cuales toda producción de saber social, colisionó en el pasado, en algún momento u otro.
Esta forma de planteo de la teoría social, provoca inmediata consecuencia y no de menor cuantía. Descarta rápidamente cualquier analogía de la concepción de vida social con la de un organismo de funcionamiento mecánico e inmutable.
El proceso no ha sido fácil ni ágil. Es largo el camino recorrido y mucho el esfuerzo desde el positivismo comteano hasta el actual momento en donde metodológicamente se pone énfasis y esfuerzo en dejar las ciencias de la naturaleza y sumirse en las del espíritu.
La vida social, para pensadores como el Antropólogo norteamericano, Clifford Geertz, la cultura que la envuelve y sostiene, pasa a ser :
"Un tejido de significantes y significados, plena de símbolos, lejos de tener carácter de ciencia experimental en busca de leyes, la entiende como una ciencia interpretativa en busca siempre de significaciones."
Busca sin descanso la Antropología las explicaciones que surgen de interpretar formas de expresión social que parecen a la primera mirada, herméticas en su sentido, opacas a la comprensión, mudas al diálogo.
He ahí donde se introduce el pensar y ejecutar de métodos y técnicas de la disciplina antropólogica.
La revalorización de la condición de sujeto, el antropólogo como investigador, está en un continuo estado de investigación en si mismo. La vieja concepción de la pasividad del observador en los resultados y en el propio objeto de estudio, hoy no solamente ha sido reconsiderada, sino que ha quedado hecha trizas toda ingenua consideración de objetividad y carencia de sesgos, hablemos claro, el contacto es siempre un diálogo de culturas, y en esa dialéctica, ambos ponen sus configuraciones propias. Es un detalle no menor, que no debe obviarse al análisis.
Es bien cierto a su vez, que tampoco ha sido fácil, abandonar el seguro hogar de lo “cuantitativo” para sumirse en los riesgos de las “investigaciones cualitativas”.
Vieja polémica que aún tiene vigencia, que podemos remontar a la concepción aristotélica de la comprensión de las causas de los fenómenos en estudio a la posterior postura de Galileo en poner el énfasis en la búsqueda de explicaciones.
Dentro de estas pautas se corren ciertos peligros:
• Uno de ellos es el olvido del esfuerzo que implica el proceso metodológico.
• Que el mismo tiene su propia dinámica inalterable en sus ritmos, sopena de contaminar todo el resultado desde la urgencia.
• Que debe ser necesariamente el producto de un trabajo en profundidad, de análisis en profundidad y contrastado en un seguimiento que en términos de tiempo no permiten ni aceptan economías que no se manifiesten luego en la calidad de los logros.
Por tanto, el conocimiento científico, o sea Ciencia aplicada, implica para su logro entre otras muchas, dos facultades o elementos que surgen como muy importantes:
1. Ser el fruto de una construcción metódica, que como ya lo hemos dejado entrever, supone recorrer un camino respetando reglas, sin descuidar, y aquí tomo conceptos de ese filósofo y epistemólogo contemporáneo Theodor Adorno, para quién el método es dependiente de lo que se estudia y no de un ideal metodológico en si mismo.
2. Al intento de aprehender el concepto de conocimiento científico y la metodología a través de la cual se obtiene el mismo, implica un cabal entendimiento de cómo concebimos calificar el conocimiento como científico. Desde un punto de vista constructivista, entendemos que el conocimiento es verdaderamente un proceso, un movimiento, que el mismo se modifica y transforma de forma constante, asuntos estos que no debemos olvidar, que es bueno y de honestidad intelectual tener presente la calidad de provisorio e incompleto de todo saber o conocimiento, aún cuando en un momento histórico dado pueda ser considerado como el máximo posible de saber.
En esta época de globalización es importante tener esto muy en cuenta lo de cultural que hace al conocimiento , y aún siendo al parecer de elemental razonamiento y sentido común elemental, no siempre se le tiene en cuenta, esta condición y como tal tomamos en préstamo mucho conocimiento que no nos es necesario y/o conveniente a nuestras estrategias culturales de subsistencia .
La ciencia, es parte del proyecto humano desde sus principios como género y especie , con el privilegio del monopolio en la posesión de pensamiento simbólico, y por tanto la capacidad de fabricar herramientas con las cuales transformar y adecuar la naturaleza a nuestras necesidades. Concebidas como herramienta de producción y dominio de la naturaleza, pero no menor ni poca cosa , también latente queda , que son herramientas que mal utilizadas conducen al dominio de los hombres.
A modo de final y en la idea de redundar y señalar las preocupaciones que creo debemos tener permanentemente instaladas en nosotros, científicos y ciudadanos, ya que el mundo nos pertenece a todos, les dejo , imaginando la voz en off de Lord Byron con su poema :
Las tinieblas
"Tuve un sueño, que no fue un sueño.
El sol se había extinguido y las estrellas
Vagaban a oscuras en el espacio eterno,
Sin luz y sin rumbo, y la helada tierra
Oscilaba ciega y negra en el aire sin luna.
Llegó el alba y pasó y llegó de nuevo sin traer el día"
Julio: revuelvo ya librería de libros viejos en busca de satisfacer la curiosidad que has instalado en mi cabeza. No había pensado nunca las cosas que me has hecho pensar. Mira, me parece brillante tu trabajo. Felicitaciones. Vivo y trabajo en México, pero soy "yorugua" y canario de Santa Lucía. un abrazo. Joselo
ResponderEliminarEstimado Joselo: te agradezco mucho tu comentario. Conozco Santa Lucía y es una hermosa y coqueta ciudad canaria. Espero disfrutes las lecturas. saludo grande desde Montevideo. julio
ResponderEliminarCon tu permiso le mando tu disertación a una amiga de San Francisco que se dedica a la investigación, y me parece fascinante lo expuesto, a mi me ha gustado mucho y tanto, que me has hecho pensar y mucho en la filosofía de mi padre, hombre del campo, naturalista, lleno de sabiduría y reflexión no científica, pero que sobrepasaba esas incognitas de la ciencia. Está genial. Te felicito, amigo. Un abrazo.
ResponderEliminarJulie: como siempre, te expresas desde la generosidad. Te agradezco mucho tu opinión. Es muy valiosa para mi. Me alegra que te haya gustado el enfoque. Me produce sentimiento feliz, que te halla servido para dialogar con la figura querida y admirada de tu papá. Solamente por eso habría valido el esfuerzo. Te digo que tuve muy buena respuesta de mi paciente audiencia. Por supuesto que me honra que llegue a manos de la dama amiga de San Francisco.Lo que pueda ser útil desde mi pequeño tamaño aquí bien al sur, hazle saber que a la órden. Cariños a ti y los tuyos. julio
ResponderEliminarComo es habitual en tu blog una excelente entrada que invita a la reflexión y a la realización de futuras investigaciones, subrayando que debemos "tener presente la calidad de provisorio e incompleto de todo saber o conocimiento, aún cuando en un momento histórico dado pueda ser considerado como el máximo posible de saber".
ResponderEliminarMuy bueno julio como siempre!
saludos cordiales
Muchas gracias Gonzalo. También he visto su Fermentario despertando mucho entusiasmo en tierras lejanas. saludos . julio
ResponderEliminar...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
J.N. VIANA
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
Estimado José Ramón: expresas en poesía muchas cosas profundas. Te felicito por ello. También agradezco mucho tu comentario. suerte en todas tus cosas. abrazo. julio
ResponderEliminarQue buena entrada... Nunca había opensado en tomaqr la ciencia como otros obejto de estudio más... entonces, en qué quedaría al antropología? Bueno, en realidad sí que pensé en ello cuando leí el libro "perros de paja" en la que el escritor opina que la ciencia ahora es simplemente lo que antes era la religión, y a veces se nos olvida que no podemos controlarlo todo, que sólo somos "perros de paja" Pero con algo tenemos que ordenar nuestra cosmogonía...
ResponderEliminarAprovecho este comentario para invitarte a mi blog de antropología:
http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com
Un saludo!
Muchas gracias Noemi por tu comentario. Por supuesto que con mucho gusto me sumo a los lectores de tu blog. Es bueno estar en contacto y antropologizar un poco este mundo a veces ininteligible.Saludos fuertes. julio
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