domingo, 25 de octubre de 2015

¿Erotismo chatarra?

"18. Por ignorar el poder del fuego, la mariposa nocturna puede caer  en la llama; por ignorancia, el pez come la carne del anzuelo. Pero, ¿por qué nosotros, que conocemos el peligro, caemos en las redes del dios del amor? ¡Oh, qué inexplicable el poder de la locura de los deseos!"
Bhartrihari. poeta indio. circa Siglo V

[...]La actividad sexual reproductiva la tienen en común los animales sexuados y los hombres, pero al parecer sólo los hombres han hecho de su actividad sexual una actividad erótica, donde la diferencia que separa al erotismo de la actividad sexual simple es una búsqueda psicológica independiente del fin natural dado en la reproducción y del cuidado que dar a los hijos.[...]  
El erotismo. Georges Bataille. 


"La trilogía de '50 sombras de Grey', cuyo primer libro salió a la venta en 2011, se ha convertido en el éxito editorial de la década al venderse más de 125 millones de copias alrededor del mundo y haber sido traducida a 52 idiomas."
Fotografía :j.n.viana

El erotismo,  privilegio que nos distingue de otros  seres sexuados  y que disfrutamos diferenciándonos en el Reino  al que  pertenecemos, siempre ha traido consigo  corolarios y consecuencias  que la costumbre,  iniciada siempre en necesidad,  han  marcado en un largo y no sencillo proceso como inevitables y funcionales al modelo cultural y siempre están allí expectantes y vigilantes en toda la diversidad cultural de la especie. Dentro de ellas y especialmente por sus consecuencias sociales, surgen primeras e inmediatas las limitaciones que al ejercicio de la sexualidad humana se oponen las reglas, por serlo... violables, por tanto sancionables, del tabú del incesto muy importante dentro de otras a las que contiene y subsume.


 Levi-Strauss, sostiene y parece ser al día de hoy  un duro escollo teórico a roer y sortear para quienes con él desacuerdan , que en dicha regla y con ella , nuestra animalidad, nuestro estado de naturaleza se fundió en Cultura .  Es decir, fijó límites y estableció condiciones al ejercicio de nuestra sexualidad. Expresamente nos seleccionó pareja y en no menos dura expresión, nos prohibió otras. 

Y eso es así desde tan antiguo que ya aceptamos este extraordinario como normalidad. Mucho y muchos  han hecho el intento de explicar y  argumentar desde diferentes enfoques teórico , las razones de tal prohibición o tabú , mayoritariamente la Antropología se ubica con mayor o menores matices aceptando y dando por bueno el concepto levistrauveriano de donación de mujeres, alianza e intercambio. Es decir estrategia de subsistencia pura y dura. Cambiamos nuestras mujeres por seguridad. Aquello bien sabido de "cásate afuera de tu grupo o morirás afuera ".

Salimos caminando de nuestra  larga sociedad con la naturaleza ,  con la misma soberbia que centenares de miles de años antes bajamos de los altos árboles y dejamos allí  a nuestros ancestros primates, a quienes desde entonces  los miramos intelectualmente por sobre nuestros hombros o más doloroso aún, materialmente a traves de rejas de ¿zoológicos...? o blancos codiciados en las miras de fusiles cazadores buscando saciar egos y paranoias insanas, tarzanesca soberbia mirada.    
   Visto  hoy objetivamente, desde un mínimo proceso autocrítico, cuesta aceptar y cuesta creer desde no más lejos que lo que implica mirar de reojo los titulares de los medios de aquí y de allá , del universo entero donde  el Homo sapiens sapiens, titular de cultura y transformador depredante de la naturaleza que  pueda adjetivarse de exitosa su saga y correrías  sobre el  planeta; veremos que sin analogías, sin comparaciones imposibles con el hombre prehistórico, éste de hoy, desde y con su historia, no alcanza, no logra dar vida buena , eso que llamamos bien-estar,  a todos , todo el tiempo  y tal realidad desvanece el  futuro de lo humano,  en lo incierto.

El síndrome del hombre blanco  Rey de los monos que enriqueció a Edgar Rice Burroughs  no parece ya funcionar ni adecuarse a un mundo impaciente de cambios y demandante de igualdad y diversidad.
 


La pregunta a esta altura de la paciencia de cualquier incauto lector, surge espontánea:

 ¡¿ y con el erotismo ... qué?!
 
Que las señales de banalización y frivolización de ese privilegio desde el cual Eros se libera de su simple condición reproductora y perpetuadora,  deberían empezar a preocuparnos.
El erotismo, pensado y tenido como  roce mínimo y ensoñado de dos cuerpos que se imaginan, que se presumen, que se descubren. No desde un sentimiento victoriano de horror y ocultamiento del placer sexual, menos quizás aún, para en términos foucaultianos,  confiscarlo, que ya bastante tiempo de confinamiento y opresión pesan sobre él. 

Creemos si, que lo amoroso y enriquecedor  del erotismo humano y  sus manifestaciones,  que pertenecen,  en cualquier forma y título al mundo inalienable  de lo privado, lejos y lo más posible de instituir normas y/o modelo alguno,  no obstante no pueden transformarse, no deben ofrecerse, no debemos encontrar placer alguno en  consumir  erotización compulsiva y banal alentada desde los grandes intereses económicos, cual  vulgar mercancía,  ni permitir a mercado alguno que en franco abuso de su frágil condición, en su levedad ingenua, no se aperciba a tiempo que viaja distraída hacia su violación.

fotografía: j.n.viana

Y eso es lo que presencio  con demasiada frecuencia, es fuerte el discurso  que sobrevuela todo y cada mínimo espacio social  y desde sea cual fuere el medio y forma de comunicación que en estos tiempos abundan apoyado  explícita o subliminalmente su oferta en llegar al espacio del cuerpo o  alma .
Además, y no asunto menor, un discurso que aparentemente solapado por el mercado, bien que refugiado, promueve su sexismo sesgado,  aparentemente desapercibido para aquellos movimientos feministas promoviendo igualdad y honestamente preocupados por superar tiempos patriarcales sexistas y machistas .

Alguien, el mismo u otro desprevenido lector, puede interpelarme y exigirme que abunde y profundize, porque no es suficiente. Y tendría razón.  Y quizás la respuesta no lo satisfaga, porque si  algo es absolutamente imposible de laudar, son los hechos de la realidad compleja de la peripecia humana , allí donde no intervienen necesariamente estados de necesidad.

 Allí, en ese espacio poetizado de nuestros sentidos más primarios,  es donde y como tal la sensibilidad humana, deberá escoger cuales serán los escenarios, cuales los espacios de emoción, que  sensibilidad transformará inclusiva y reificadora sus impulsos sexuales biológicos en   el  tipo de  erotismo que desea vivir y gozar. 






1 comentario:

  1. Buena cosa que subrayes esto tan triste,es que cuando entra el mercado por la puerta Eros vuela por la ventana y deja un terrible remedo vacío,y en las mujeres una ropa íntima roja y negra ¿el color de las brujas?

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