Sabido es, - aunque no
sea de buena etiqueta académica reconocerlo - , cuanto esfuerzo implica el intento de representarnos en manifestaciones y
signifcaciones culturales otras que la nuestra.
Por aquello que
Clifford Geertz tomara de Weber “ el hombre es un animal inserto
en tramas de significación que el mismo ha tejido, y esa urdimbre es
la Cultura” y para muchos ... ¡ tejidos éstos, inconmensurables!
, entre otros Sapir y Whorf , de conocida teoría nominada con
sus apellidos, quienes pusieron su acento y sólida argumentación
de inconmensurabilidad en el lenguaje.
Nuestra aculturación es
fuerte, late y vive , llega desde el illo tempore, admirada del
conquistador y de su obra etnocida eficaz y eficiente , sentimiento que aún se manifiesta, si bien es cierto con matices,
por toda la América y es enorme el latido de su fuerza en nuestra escolarización constructora de identidad y pertenencia, el peso latente de su fuerte contenido ideológico europeísta .
Está presente a todo
discurso , la saga de aquellos osados y valientes, pocos y mínimos
que “pudieron” con los tantos que por aquí encontraron , siempre
dibujados éstos desde toda suerte de relato o discurso infantilizados y “primitivos”, dueños de asombradas y perplejas
conductas ante el “descubridor” y sus extrañezas. Y eso consta para
sabores, olores , alegrías y dolores. Instalada la rareza a toda
cultura diferente a la nuestra, ésta nos envuelve y nos encierra .
Sacar entonces a Gilgamesh de las páginas de viejas revistas de
historietas en donde a título de héroe de panfleto y pacotilla fuere en su momento introducido a estas tierras y rescatarlo a las esferas profundas de su universalidad
cultural, es y ha sido una tarea difícil y no acompañada en los
hechos de demasiado éxito, más allá de los àmbitos académicos
y literarios especializados. Es decir, este mito universal en su construcción, donde al decir de Levi Strauss el mito alude a hechos ocurridos antes de la existencia del mundo,
durante las primeras épocas o en tiempos muy remotos, pero al mismo
tiempo tiene una estructura y simultáneamente se refiere al pasado, al
presente y al futuro.
Esta estructura es a la vez histórica y ahistórica, ocurre en el tiempo y también fuera del tiempo.Todo eso se presenta en La Epopeya de Gilgamesh casi que en formato bíblico, con la cual a su vez guarda parecidos sorprendentes.
Esta estructura es a la vez histórica y ahistórica, ocurre en el tiempo y también fuera del tiempo.Todo eso se presenta en La Epopeya de Gilgamesh casi que en formato bíblico, con la cual a su vez guarda parecidos sorprendentes.
La sola idea aquí es entonces compartir
, sin otra legitimación que mi admiración, sin otro objetivo que el
intento de penetrar en ese Otro lejano y diferente, algunos textos de
bellísima poesía , de los tiempos en que perturbado y desconsolado por
la muerte de su entrañable amigo Enkidu, Gilgamesh, héroe Rey
de mil hazañas, flaquea enfrentado al cadáver de su amigo que
desde su mortalidad lo interpela y deja fluir sus
sentimientos con fiereza irritada y de paso crea la más hermosa
oración de amistad que rastrearse pueda en la literatura
universal, doloridos versos de amor fraterno que nos llegan desde ese
insondable milenario tiempo ido para sorprendernos y emocionarnos.
- ¡ Escuchadme ancianos, escuchadme :soy yo quien llora por Enkidu, mi amigo!
Me lamento amargamente, como una plañidera:
Oh...hacha de mi costado, confianza de mi mano,
puñal de mi cinto, escudo protector,
túnica de mis fiestas, cinturón de mi gozo,
un perverso demonio ha surgido y te me ha arrebatado.
- Oh...Enkidu,amigo mío, mulo vagabundo,
onagro de la estepa, leopardo del desierto
tú, con quien , juntos, habíamos escalado las
montañas,
habíamos capturado y muerto al Toro Celeste,
habíamos abatido a Humbaba, que vivía en el bosque
de los cedros,
- Y ahora...¿que sueño se ha apoderado de ti?
- ¡ Has perdido el conocimiento y ya no me oyes!
Quizá no única razón,
pero si una de las más conmovedoras a nuestro héroe, la muerte de
su amigo Enkidu, lleva al inicio de ese viaje de búsqueda que nutre
y construye la Epopeya: Encontrar el secreto de la Vida Eterna.
Viaje plagado de fatigas, de peligros y de incertidumbre. Viaje de
un mortal pretendiendo evitar a toda costa tal condición inexorable
y por lo cual no vacila en exponerse a los miles de riesgos para
llegar a los pies de Utnapishtim El Lejano, único mortal que los
dioses han permitido escapar a tal destino y a quien supone dueño
del secreto.
En su camino pronto
enfrentará en los confines de la Tierra, allí donde se encuentra
las montañas gemelas cuyos picos rozan el firmamento y sus raices se
enclavan en los Infiernos y a cuya entrada deberá sortear la entrada
celosamente custodiada por horrendas y terribles criaturas, mitad
hombre y mitad escorpión a quienes seduce con su valentía y arrojo
y no obstante el consejo de no continuar adelante en procura de algo
inalcanzable a todo mortal siendo el camino adelante jamás
hollado por hombre alguno sin pagar con su vida por ello.
Las peripecias de
Gilgamesh, lo llevan luego de atravesar senderos inacabales, túneles
cegados a toda luz, inabarcables en medida humana de tiempo y
distancia y sobre todo expuesto a la angustia de la incertidumbre más
absoluta, cuando todo parecía infinito encuentra una posada y a su
frente Siduri, misteriosa posadera, que viendo su calamitoso estado
lo confunde con un alma perdida y vagabunda, para luego darle
hospitalidad y escucharle. Una vez más, debe Gilgamesh escuchar
consejos en el vano intento de hacerle aceptar lo irrealizable de
su pretensión.
- Gilgamesh ¿por qué vagas de un lado a otro?
No alcanzarás la vida que persigues.
Cuando los dioses crearon la humanidad,
decidieron que su destino fuese morir
y reservaron la Vida para sí mismos.
En cuanto a ti, Gilgamesh, llena tu vientre
diviértete día y noche,
cada día y cada noche sean de fiesta,
el día y la noche gózalos.
Ponte vestidos bordados,
lava tu cabeza y bañate.
Cuando el niño te tome de la mano
atiéndelo y regocíjate
y deléitate cuando tu mujer te abrace
porque también eso es destino de la humanidad.
Cuando leí tu frase "Instalada la rareza a toda cultura diferente a la nuestra,esta nos envuelve y nos encierra" pensé,me quedo con esto y suficiente por hoy,Pero segui leyendo y me voy a dormir con el dolor de Gilgamesh por la muerte de su entrañable amigo ,la túnica de sus fiestas,la confianza de su mano.Bellísimo
ResponderEliminarEstimada Susana: usted siempre ahí,atenta,curiosidad sensible, en el borde de la grieta en que hacemos torpe equilibrio los humanos con las desdichas del vivir. Ciorán, a quién muchos detestan y no tengo idea , habla de nuestra tozuda y torpe batalla imposible contra el tiempo, ese, el que pasa y hace espacio donde las cosas sucedan, como dice Fressia: ¿después? Ah! después nuestros muertos. Saludos y afecto .
ResponderEliminarBuenas tardes. Muchas gracias por la visita a mi blog, https://blogdefabio.com/2016/07/13/coleccion-de-blogs-uruguayos/
ResponderEliminarAhora está incluido "Antropología de lo cotidiano" en la sección Historia, que fue la que consideré más acertada dentro de las que hay por ahora.
Un saludo sabatino y muy buena suerte.
Estimado Fabio: muchas gracias, estemos en contacto. Desde mi escala sin pretensiones mayores, estamos a la órden. Felicitaciones por tu excelente blog. También para ti un saludo y abrazo de sábado montevideano.
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