En la dinámica de la vida moderna , poca o ninguna relación mantenemos con el origen de los alimentos que satisfacen nuestras necesidades. Menos aún con aquellos que provienen del reino animal desde que tal realidad nos enfrenta y regresa a nuestra condición de especie depredadora alta en la cadena trófica en lo que hace a demandas de nutrientes. La necesidad de sacrificar otros seres para alimentarnos y sobrevivir, embiste de lleno con la idea cultural de persona predominante en nuestros tiempos, construida mayoritariamente en torno a valores culturizados y/o tomados en préstamo de culturas occidentales y europeístas.
Escena de caza. Barranco de la Valitorta. Valencia . España |
Escenas figurativas de animales , presas habituales de caza. Caverna de Lascaux. Francia. |
Verdad es que mucho tiempo ha pasado desde que la caza de animales fuera el procedimiento desde el cual obteníamos y satisfacíamos las necesidades de nutrientes provenientes del reino animal.
Más tiempo aún desde que se ritualizaba de diversas maneras, ejemplo las pinturas rupestres con escenas propiciatorias de partidas de caza necesitadas exitosa, toda actividad vinculante a la obtención de alimentos seguidas de la "fiesta" y "festín" del procesamiento y consumo de la "caza" obtenida, desde que de ello dependía exclusivamente la supervivencia.
Pronto en el desarrollo de la historia cultural de la especie, el alimento se divinizó. Todo su proceso quedó encomendado y en manos de las divinidades respectivas.
Pronto asi también, perdió su carácter social común y perteneciente a todos y objeto de distribución, y llegó el momento de convertirse en un producto más del mercado y por tanto sujeto a sus leyes.
Nuestra relación con la ansiada carne , sea vacuna, ovina , porcina o aviar, que adquirimos en los supermercados o en los comercios especializados -carnicerías- es mediada por una absoluta prescindencia a todo conocimiento explícito acerca del proceso de industrialización y muerte de los animales desde el cual llega a nuestras manos el producto final, despojado de todo vestigio cruento, presentado para su comercialización y venta en una estética de boutique.
Pronto en el desarrollo de la historia cultural de la especie, el alimento se divinizó. Todo su proceso quedó encomendado y en manos de las divinidades respectivas.
Pronto asi también, perdió su carácter social común y perteneciente a todos y objeto de distribución, y llegó el momento de convertirse en un producto más del mercado y por tanto sujeto a sus leyes.
Arte rupestre. Caverna de Lascaux. |
El excelente trabajo audio visual de producción nacional que se comparte, idea general, dirección y cámara del jóven profesional uruguayo Nicolás Soto Diaz,
y que fuere difundido en su oportunidad a traves del canal Teve
Ciudad-Montevideo,Uruguay , no aproxima además de su riqueza técnica y calidad
periodística , a un material de mucha riqueza
antropológica cultural, en una temática específica , donde la norma se
expresa desde la escasez.
Nos encontraremos y en cierto modo enfrentaremos a nuestra sensibilidad con la ancestral relación de necesidad del hombre con el alimento cuando ésta pasa inevitablemente por la muerte de otros seres . Es mirada sin concesiones a los eventos de muerte y procesamiento de animales domesticados como parte sustantiva de la cadena alimentaria humana, hecho por otra parte de carácter universal, con las excepciones de las pocas etnias que aún sostienen sus estrategias de subsistencia de caza y recolecta, eslabón éste del proceso de alimentación, generalmente oculto detrás de las formas de comercialización y del cual se va perdiendo noción de su carácter social y socializador ,generando sensibilización negativa y opacando la realidad de su acontecer en la construcción de idea por la omisión , haciendo desaparecer de nuestro imaginario la muerte de los animales de cuya carne nos alimentamos, desaparece su existencia real en nuestros sentidos. Pasan a no ser.
También documenta de forma explícita y por demás de inmenso valor de registro y memoria , procedimientos y saberes culturales trasmitidos oralmente de generación en generación en lo que hace a técnicas de acopio y almacenamiento de alimentos de por si perecederos y a los cuales preservar para épocas de escasez .
Todo esto que desde la óptica urbana puede aparecer o resultar exótico y/o extraordinario, es sin embargo la norma inflexible a la cual nos sujeta la cadena alimentaria que todos los seres vivos del planeta integramos, sin importar a la diversidad cultural ni a nuestras diversas estrategias cotidianas de subsistencia
Bueno Julio gracias por tu invitación a un "domingo de carneada" y para no repetir lo que tan bien escribiste tu solo dejo mi disfrute de un pequeño documento en el que se respira honestidad.
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