jueves, 2 de septiembre de 2010

«Los hechos pasados se pueden criticar más que corregir» praetérita magis reprehendi possunt quam corrigi . Tito Livio

Montevideo, jueves 2 de setiembre 2010

La noticia dice:
 
"El dueño de un autoservicio de Villa Española mató de un disparo a un delincuente que acababa de rapiñar su local junto a otros dos ladrones.
Sobre las 19.30 horas de ayer, tres delincuentes irrumpieron en un autoservicio ubicado en la calle Tomás Claramunt y Gobernador Viana, en el barrio Villa Española, según informó la Policía a El País.
Al cierre de esta edición, efectivos policiales de la Seccional 13ª confirmaron a El País que el dueño del comercio quedó en calidad de detenido y será conducido hoy al Juzgado de 1° Turno a cargo del juez penal, Juan Carlos Fernández Lechini. El magistrado deberá determinar ahora si el comerciante actuó en legítima defensa al disparar contra el joven dentro del comercio." El País digital



La noticia no dice:

La diferencia entre una (ésta) y tantas otras noticias  similares, es que por mucho tiempo, allí, en ese lugar,  compré mi vino y compré mi pan.
No me lo imagino al serio y trabajador de Sergio, con un arma en la mano. Tampoco a su abuela, ni a sus hermanos, cuando en horas y  zafras buenas le dan una mano.
El muchacho quinceañero  que lo asaltó y murió, capaz que correteó en el patio de la Escuela de la calle Algarrobo, corazón del Villa Española obrero y luchador, ésa a donde no llegan bañaderas y los hermanos se esperan unos a otros, donde no llegan autos a esperar sus niños y en donde quizás o sin quizás, la vida es dura para niños, padres y maestros. Tendría este muchachón,  ahora de prepo hecho mayor por la vida y por la muerte,  8 o 9 años , cuando las raices de los árboles temblaron de susto  bajo la amenaza de que las iban a hacer temblar. Sergio capaz que en ese entonces andaba soñando cunas inminentes en su vida.
Hoy uno está muerto y el otro preso.  Para uno terminaron los dilemas. Para el otro quizá recién comienzan.
Les cuento que crié en el Villa Española familia de 3 hijos. Varones todos. Clientes satisfechos de la escuela pública y de todos los demás  restantes niveles de enseñanza. Cualquiera de ellos, lo manifiesto con orgullo, aplican sin problemas para el ciudadano del año, en cualquier año. Cualquiera de ellos ha sorteado mil y un problemas que la vida trae y todos construyen sus vidas y sus familias en paz y en orden. Todos, al igual que yo lo hago, sabemos y cumplimos nuestras obligaciones ciudadanas. Es decir nos portamos bien.
Cuando se criaron, mi sueldo alcanzaba los exorbitantes 400 dólares y monedas, mi socia conyugal, maestra ella, los 100 dólares y vintenes. No teníamos por supuesto auto o cosa parecida, ni teléfono fijo, ni cable tv ni adsl alguna,  que los celulares gracias a dios no existían aún, pocas cosas inútiles nos vendían entonces , porqué sencillamente no podíamos pagarlas.
Pienso que han pasado por mi entendimiento millones de palabras vertidas  desde esa bocaza enorme del poder, desde sus discursos profetizantes y mesiánicos, y digo: nada ha cambiado. Nada ha cambiado que no sea que hoy tengo teléfono fijo y móvil y otros muchos etcéteras que vendidos he comprado. Todo lo demás, allí en el inmenso mármol, que se pobló hace tan poco de celestes y etcéteras, o  desde la mirada vacía del enorme mastodonte  que dejado solitario  mira los brazos o cuernos de Batlle, según prefieran, idos ahora a mirar  el hotel de moon por encima de la cabeza blanca en estiércol de palomas de nuestro Artigas nómade, todo lo que escucho y oigo, todas las profecías parecen verdad, solo que parecen, no son construidas para realizarse, es verdad a creer, sopena de convertirse en herejes con el resultado que todos conocemos.
Han pasado muchos años desde la dictadura militar a la que no tantos deben haber peleado  que de ser así la hubieran derrotado ,  que combatir es arriesgarse a que lo lastimen,  la mayoría que conozco estaba fuera totalmente de tal peligro,  algunos ya presos por tirarle tiros al gobierno , otros libres no se sabe bien donde o haciendo que, otros en fin acomodando el cuerpo y otros los clientes  perpetuos de cutcsa, con el jesús en la boca, tratando de no parecer comunistas. La esperanza de ver caer esta dictadura se llevó mis mejores energías y años. Luego vino esto de ahora, de  hace ya 6 años, el 10% de mi vída,   llegó en  aires de triunfo  y olores imperiales ,  acompañado de vítores y  de la esperanza de millones,  llegó decían las trompetas:  el progreso. La madre de todos los progresos. La primera situación,  la dictadura padre y madre de mucha desgracia según nos dijeron y creo,  consumió parte importante y linda de mi vida:  el 20% aproximado de toda ella.  Esta de ahora, el progresismo,  lleva ya ocupados, a mi juicio en malgasto,  un alto porcentaje de la energía existencial provechosa de la vida de mis hijos, 3 fortunas que doné a este Uruguay,  sin cargo.
Hoy me entero que  megacifras de pesos contantes y sonantes, que no puede mi cerebro  imaginar, irán a la policía, si,  esa misma. Hemos declarado la guerra. Y como cualquier estado en guerra, contratamos guerreros. 3.200 de ellos se habla. Y les daremos muchos autos y armas y radios y ropa y cursos y seminarios y viajes aquí y acullá.  Y los mandaremos por ahí a meter miedo con sus ropas negras y sus lindas boinas de comandos. Y quizá también ahora venga el helicóptero soñado en tiempos de sensación térmica. También porque estamos en guerra, nos hemos quedado sin maestros.  300 de ellos los hemos enviado a otros frentes llamados comisiones,  y hemos llamado a filas a las viejas y sufridas  maestras , jubiladas con tres pesos y un cuarto,  para que dejen sus telenovelas, sus nietos, sus bordados y sus cursos de no  sé  que cosas lindas y extravagantes,  y atiendan las aulas heladas   y   los patios indefensos    de las cientos de  escuelas algarrobos y vigilen  las correrías de los miles de futuros muchachos hechos hombres, que obligarán a tantos otros sergios a matarlos . Esa es mi angustia de hoy. Ingenua angustia de crédulo. Porque creí que venían tiempos de paz y de maestros y llegaron tiempos de guerra y  de milicias. Porque creí en tiempos de mucha  tiza y pizarrón  y los tiempos traen fuertes vientos  de cárceles y machetes. Para Sergio . que bueno como un pan, me vendía a buen precio  pan y vino , que en las buenas  manos de los buenos  jueces de este país está ,  toda  mi solidaridad que otra cosa  mejor  no tengo para darle.

 


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