Sobre un volcán

Fotografía de autor: j.n.viana

Cansado de   tanto titular  de  diario y sus desatinos, en el desánimo y desesperanza de tanto escuchar y presenciar  insano malgasto de  talento histriónico  en presentadores de noticias de  rostros de ocasíon,  espléndidos en  sonrisas, y/o presto disponibles cuasi lágrimas,  programados  a un guión que aún cuando difieran  personajes y peripecias, en definitiva siempre narran las mismas tristes, míseras y manipuladas diarias historias de la vida cotidiana de los  humanos, y así quedo(mos) definitivamente agitados, sobresaltados  y  perturbados en   impotente rol  de agonistas de tal in-humana teatralización de la realidad.


Es aquí que viene a cuento  lo de mi  título , en el cual  parafraseo desde el respeto  el título  de esa novela  enorme de Malcolm Lowry  :    Bajo el volcán.

De ella, cuyo lectura por supuesto recomiendo a quienes aún no la han disfrutado, recordé desde  las páginas de  mi viejo ejemplar,  edición Bruguera del año 1984, que allí , ya desde sus primeras páginas a modo de prefacio, impío,  Lowry nos zamarrea con firmeza y clama   a la reflexión desde un texto de Sófocles en  Antígona , verdadero pre-texto llamando a humildad y exorcisando soberbias , que se hace vigente en estos tiempos con tanta pelota de fútbol rodando con frivolidad, mientras tanta bomba y proyectiles danzan en distintos cielos en absoluto desparpajo,  con tantos millones de dólares danzando alrededor de los que se portaron bien y de los que no tanto, en tanto  la vida en muchos escenarios se detiene y toma sentido  en sus muertos,  que tambien se contabilizan cual absurdo tanteador de victoria o derrota.
 Es por allí  que surgen mis profundas ofensa y que el espíritu se irrita , desde allí donde solapado detrás de tanto griterío absurdo, de tanta pasión patriotera jugando a la escondida con lo real, movilizada desde la hiper manipulación emocional, desde la visión de  tal enjambrazón humana narcotizada detrás de un espectáculo deportivo que de tan manipulado  no sorprende pero horroriza , como toda acción y reacción de masas convocadas,  mientras  todo ese demás de violencia y muerte que en estos días como casi siempre en la historia del hombre, lo acosa, más cerca que lejos,    queda  ese imponente sollozo  dolorido que miramos sin ver, queda   por allí rondando,  como algo lejano, difuso e inconsistente a la realidad próxima.

 Es decir oculto.  Pero bien que lo sabemos, bien que la historia ha sido irreprochablemente coherente en el acontecer de sucesos similares,  no se puede ocultar para siempre la enojosa proximidad con un volcán.
Menos aún si como el título de la novela, se está peligrosamente, muy cerca,  exactamente bajo el volcán.

Fotografía de autor: j.n.viana.

Simple, lisa y llanamente. 

A quienes sean los que aprietan los gatillos:   

¡De cuantas maravillas

pueblan el mundo, la mayor, el hombre!

El en alas del noto entre la bruma

cruza la blanca mar,sin que le asombre

la hinchada ola de rugiente espuma.

Y a la tierra también , la anciana diosa,

 incansable, inmortal ha domeñado

con sus ágiles mulas, yunta airosa,

que año tras año le hincan el arado.

El a las aves , cabecitas hueras,

a los monstruos del ponto y a las fieras,

ingenioso y sagaz las redes tiende,

y nada de sus mallas se defiende.

Para rendir al animal que ronda

libre los campos, con primor se amaña

y bajo el yugo domador sujeta

al resistente toro de montaña, 

al potro hirsuto de cerviz inquieta.

El lenguaje adquirió, y el pensamiento

que corre más que el viento,

y el temple vario en que el vivir estriba

del hombre en la ciudad .Con hábil treta

los flechazos del hielo astuto esquiva

y el chubasco importuno

que no dejan parar a cielo raso.

Su avance no detiene azar alguno,

y no hay dolencia que le salga al paso

que a soslayar no acierte.

De un sólo mal no escapa: de la muerte.

   Antígona.  Sófocles. 442 a. C.