martes, 18 de agosto de 2015

Naranja mecánica II



Esta entrada tiene al final de la misma  link donde el Semanario Brecha, de Montevideo Uruguay, lleva adelante un minucioso trabajo periodistico acerca de la caótica situación de los centros encargados de la contención de los menores infractores a la ley Penal. También y  consecuente con el pensamiento de este blog, el link de la  la anterior entrada acerca de la preocupación ante claros síntomas de  policiamiento de lo social. Es decir violencia como remedio a lo social.

¿ Estamos ante  la sinrazón del Estado?  
¿ Es un algo incomprensible? 
¿Es una   forma   de "uruguayez del mal? 

Es a nosotros un tema hondo y profundo.  Hannah Arendt y su concepción de la banalidad  del mal,  mucho tendría para decirnos acerca de  estos nuestros sucesos, tamaño aldeanos para el mundo, medida de gulliver a nosotros, pequeños y soberbios habitantes de un territorio en el cual sobra espacio y escasea gente.  

Hace a un encanto con la violencia que se generaliza, que desde el discurso que predomina, o sea el dominate, sea esto lo que sea,  se construye,   que  la sociedad internaliza y los individuos terminamos por asumir aceptándolo como la norma. Aceptemos también algún día que nos enamora con demasiada facilidad  la violencia. Sobre los Otros, en especial si son diferentes.  Hay una naranja mecánica latiendo y latente muy próxima. Caminamos la ciudad  armada a guerra saturada de guardias y de vigilantes. Humanos y tecnos.
Repleta de armas disponibles y dispuestas.  



La muerte se nos  hizo  barata y aceptable en el prójimo desde el discurso encantado y encantador  del eufemismo y eufemístico ajuste de cuentas. Anestesia politicamente correcta a  cualquier interrogante impertinente. 

Prima en el hoy  todo un desorden intelectual e ideológico girando alocado  alrededor de un tan manoseado  como abstracto concepto de ese constructo indefinido e indefinible que el discurso del poder consagra sin consultarme como mi seguridad, que todo lo abarca, todo lo justifica y en definitiva desde su violencia material y peor aún en  su violencia simbólica,  lo que hace es desde mucho antes que Sorel lo anunciara generar más y peor violencia. Es una espiral infinita. Será difícil salir de ella. Aquí, ni víctimas  ni  victimarios  son lo que parecen ser. 

Nos hemos acostumbrado demasiado rapidamente  a vivir en lo ominoso.  Esto de los menores que delinquen  y su relación con  sus "educadores" es solamente la punta de un gigantesco iceberg que somos todos,  la sociedad agresiva, materialista e individualista que somos, y para peor divididos ideológicamente en una enorme cantidad de pedazos que se agreden y contestan al interior de las dos grandes mitades político-electorales, que ya de por si se miran entre si ausentes de toda misericordia ,  de toda consideración y ajena a todo respeto. 


Trabajo periodístico del Semanario Brecha-Montevideo.Uruguay:

http://brecha.com.uy/especiales/el-encierro-adolescente/ 


Reitero  mi anterior ensayo que titulé  entonces:
Algo huele mal en Uruguay. ¿Es la Naranja mecánica?

https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=329747928577857248#editor/target=post;postID=986103265101846893;onPublishedMenu=posts;onClosedMenu=posts;postNum=50;src=postname 

 Entrevista a Phillip Zimbardo

Experimento de la Cárcel de Stanford.
https://youtu.be/HPbCHFkftb8

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