Este episodio de hombres sepultados , indefensos en las profundidades de la cueva de la mina, en tanto que cavan su diaria busqueda de sustento , para si y sus circunstancias, cuando visto y mirado desde su contenido humano, sin reducirlo a discurso excitado desde su potencial valor mediático , económico y político, nos emite desde su centro, intocado e intocable, un poderoso y esperanzador mensaje antropológico acerca del rico capital depositado en la profundidad genética y en el pensamiento simbólico del Homo sapiens sapiens . O sea , nos(otros). La especie, necesariamente gregaria en su construcción atávica y grupo dependiente de simple opción de imprescindible eficiencia y alta probabilidad de éxito evolutivo, sobrevivió por impulsos como éste, en donde se conjugan en unos , los impulsos hereditarios de sobrevivir como hecho social y la voluntad instintiva instalada en el Otro de reaccionar y acudir en auxilio . No se hace difícil significar este episodio en el natural escenario del illo tempore, preñado de amenazadores gruñidos de nuestros ancestros aún constituidos en bandas y el apresto de su tecnológía de supervivencia a la defensa de aquellos en riesgo ante el acoso depredador. Que la propia naturaleza no es novedosa en cuanto a representar un desafío en si mismo. Cosas ambas éstas, que parecen normales y obedientes a las normas que socialmente pautan nuestra connivencia diaria; ésto si las observamos desde la distracción. Miradas desde la atención a lo que acontece en el mundo global y en retrospección histórica, bién sabemos que no . Tanto se trate de los grandes episodios como en aquellos que desde lo arbitrario, se juzgan mínimos. Que la solidaridad social, del tipo que sea y acerca de la cual tanto nuestros maestros pensadores elucubraron ya desde antiguo en desánimo, no encabeza con frecuencia titulares de los medios . No lo es tanto desde que acostumbramos nuestra sensibilidad cada día más a la resignación de vivir en un mundo cada vez más desencantado. En circunstancias de dura prueba. Al pueblo minero de Chile ... Salud!
Julio: me parece bueno tu abordaje de un tema que espero no se transforme en el después, en este inminente rescate con cobertura mundial, en un gran circo en donde los mercaderes y los políticos carroñeen. Desde Santiago donde vivo, aunque soy correntino te envío un fuerte abrazo.Estaré atento a tus publicaciones que me parecen muy interesantes. Donde te graduaste? nacho
ResponderEliminarEstimado Nacho: disculpa alguna demora en responder. Te agradezco mucho tus comentarios. A lo que dices, que comparto como expresión de deseos,suceda lo que suceda, trataré de quedarme con el tono de epopeya humana que rodeó el episodio, algó así como la épica antigua, donde las mezquindades vinieren de dioses como de no tanto, no bastaban a oscurecer la grandiosidad de los acontecimientos. Mira, soy egresado de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Uruguay generación 2000/2006. Otra vez gracias y estamos aquí pa´lo que gustes mandar. un abrazo grande . julio
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