lunes, 20 de septiembre de 2010

“El viento solo ayuda a quien sabe a dónde va” Séneca (65 d. C.)

Este episodio de   hombres sepultados ,  indefensos  en las profundidades de  la cueva de la mina,  en tanto que cavan  su diaria  busqueda de  sustento , para si y sus   circunstancias,  cuando visto  y mirado desde  su contenido humano, sin  reducirlo a   discurso excitado  desde su potencial valor mediático , económico y  político,  nos emite desde su centro,   intocado e intocable, un poderoso y esperanzador  mensaje antropológico  acerca del rico capital  depositado en la  profundidad  genética   y en el pensamiento  simbólico del Homo sapiens sapiens  . O sea , nos(otros).   La especie, necesariamente gregaria en su construcción atávica y  grupo dependiente de  simple opción  de imprescindible  eficiencia y alta probabilidad de  éxito evolutivo, sobrevivió por impulsos como éste, en donde se conjugan  en unos , los impulsos hereditarios  de sobrevivir  como  hecho  social  y la voluntad instintiva instalada en el Otro  de  reaccionar y acudir  en  auxilio .  No se hace difícil significar  este episodio en  el natural escenario del illo tempore,  preñado de  amenazadores   gruñidos  de nuestros ancestros aún constituidos  en bandas y el apresto de  su tecnológía de supervivencia a   la defensa de  aquellos en riesgo ante el acoso depredador.  Que la propia naturaleza no es novedosa en cuanto a representar un desafío en si mismo.  Cosas ambas éstas,  que parecen  normales y obedientes a las normas que socialmente pautan nuestra connivencia diaria; ésto si las observamos desde la distracción. Miradas desde la atención a lo que acontece en el mundo global y en retrospección histórica, bién sabemos que no  . Tanto se trate de  los grandes episodios  como en aquellos que desde lo  arbitrario,  se juzgan  mínimos. Que la solidaridad social, del tipo que sea y acerca de la cual tanto nuestros maestros pensadores elucubraron ya desde antiguo en desánimo,  no encabeza con frecuencia titulares de los medios .  No lo es tanto desde que acostumbramos nuestra sensibilidad cada día más a la resignación de vivir  en un mundo cada vez más desencantado. En circunstancias de dura prueba. Al pueblo minero de Chile ... Salud!


2 comentarios:

  1. Julio: me parece bueno tu abordaje de un tema que espero no se transforme en el después, en este inminente rescate con cobertura mundial, en un gran circo en donde los mercaderes y los políticos carroñeen. Desde Santiago donde vivo, aunque soy correntino te envío un fuerte abrazo.Estaré atento a tus publicaciones que me parecen muy interesantes. Donde te graduaste? nacho

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  2. Estimado Nacho: disculpa alguna demora en responder. Te agradezco mucho tus comentarios. A lo que dices, que comparto como expresión de deseos,suceda lo que suceda, trataré de quedarme con el tono de epopeya humana que rodeó el episodio, algó así como la épica antigua, donde las mezquindades vinieren de dioses como de no tanto, no bastaban a oscurecer la grandiosidad de los acontecimientos. Mira, soy egresado de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Uruguay generación 2000/2006. Otra vez gracias y estamos aquí pa´lo que gustes mandar. un abrazo grande . julio

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